Según el historiador Pablo Palermo viajar para Sarmiento fue un placer mayúsculo. Así lo describe en la obra denominada “Los viajes de la vejez de Sarmiento”, en el cual se puede descubrir un personaje ameno y familiar, que se destaca como gran observador que volcaba sus experiencias en numerosos relatos.
Pero nuestro enfoque se centra en el noroeste bonaerense, cuyo primer contacto personal del ilustre sanjuanino por nuestras tierras fue hacia 1852, como folletinero de la imprenta volante donde se elaboraban los partes oficiales del Ejército Grande dirigido por el General Justo José de Urquiza, él mismo cruzó parte de esta campaña en las jornadas previas a Caseros, el cual se había decidido por este periplo debido a la abundancia de pastos y lagunas abundantes de agua. Sarmiento hace una impresión de las lagunas del Juncal Grande y de Las Toscas, como de los errores de algunos baqueanos desorientados por una espesa neblina que retrasó la llegada de las mismas. En ese mismo sitio se libraron algunas escaramuzas con las fuerzas que obedecían a Juan Manuel de Rosas.
Sarmiento traía consigo una carta topográfica de la provincia, la que fue tenida más en cuenta luego del error de los baqueanos, en la misma se ubicaba a las estancias con sus propietarios y accidentes de la región pampeana. Las impresiones que toma en esas jornadas son con los infantes marchando bajo un sol abrasador, con sed, sofocados por el polvo y sangrando los pies. Además de escribir el paisaje ocre verdoso de la pampa, el macizo de la vegetación y el azul del cielo.
El otro paso de Sarmiento por nuestras tierras fue cuando Chacabuco contaba con dieciocho años de vida, el 17 de septiembre de 1884, con una población de 1200 habitantes, en la cual hacía algunos meses que llegaban las vías del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. Al arribar a Chacabuco, Sarmiento y sus acompañantes fueron recibidos por una comisión de vecinos y autoridades escolares. Según investigaciones del Profesor Oscar Ricardo Melli en “El Nacional” del 18 de septiembre de 1884 informaba que “Sarmiento en la campaña”, nuestro ilustre compatriota fue cariñosamente recibido en Chacabuco. Un maestro de escuela le dirigió algunas palabras recordando sus servicios a favor de la educación popular, a lo que Sarmiento contestó que le quedaba un poquito de vida para consagrarla al bien común.
También señala el Profesor Oscar Ricardo Melli que la prensa de otras localidades, como la de Mercedes a través de “El Oeste”· del 18 de septiembre de 1884, señala al General Sarmiento de viaje a Chacabuco, el cual fue recibido por la municipalidad y toda la población que lo estaba esperando. En el salón municipal el señor Palacios pronunció un discurso en honor al General, el que fue aplaudido. Después de comer volvió a tomar el tren y partió hacia Junín en medio del aplauso de la concurrencia.
En una entrevista realizada por el investigador Prof. Oscar R. Melli, hace ya muchos años a un antiguo vecino de Chacabuco, que fue alumno de Pedro B. Palacios (Almafuerte), el cual estuvo en ese acontecimiento, decía que Sarmiento había premiado el discurso de Almafuerte con un efusivo abrazo. En 1938, cincuenta años después de la muerte de Sarmiento, el diario “La Tribuna” de San Juan reproducía la anécdota.
Luego de llegar a Junín ese 17 de septiembre de 1884 fue recibido por el vecindario y niños de las escuelas con faroles chinescos.
Pero el objetivo que guiaba a Sarmiento en esta gira era el reconocimiento de la laguna Mar Chiquita, el cual el 21 de septiembre allí en Junín se labran actas de iniciación de los trabajos de transformación de la mencionada laguna, la que ese día se bautizó con el nombre de Mar Sarmiento. La idea era aprovechar las múltiples lagunas del lugar, las que serían convertidas en estaciones termales y balnearios para la atención de la salud física y el recreo de millares de personas. Pero el sanjuanino tenía 73 años. y no gozaba de buena salud para la dirección y ejecución de semejante empresa. También las autoridades bonaerenses no se interesaron por el asunto y tampoco las personas de su amistad que lo habían acompañado.
El mismo Sarmiento hace un pedido para que se lo nombre Juez de Paz de Junín, con la idea de proteger la fauna del lugar, pero no tuvo respuesta del gobierno. Todos estos proyectos quedaron abandonados y la laguna de Mar Chiquita siguió llamándose así.
En el intenso intercambio epistolar que Mary Mann y Aurelia Velez Sarsfield realiza con el expresidente, se menciona con detalles la adquisición de una estancia al frente del Lago Mar Sarmiento, además de hacer una descripción vivaz y colorida sobre las aves, patos, cisnes y flamencos rosados. Entusiasmado relata que pensaban plantar árboles, construir un balneario e instalar una lechería.
Luego de marcharse de Junín, Sarmiento prosiguió su viaje de regreso de Chacabuco a Chivilcoy en carruaje atravesando las desbordadas cañadas “Los Peludos” y “Chivilcoy”, debido a que en Septiembre de 1884 toda la zona padeció de una inundación generalizada que había aislado a la mencionada población.
En la misma comunidad fue recibido con expresiones de simpatía, ya que debemos recordar la Ley de tierras de Chivilcoy del año 1857, fue una idea de Domingo Faustino Sarmiento. La misma fue el pilar de su desarrollo económico y social de la mencionada población, tal como lo afirma en un discurso Santiago Estrada en un acto a beneficio de la Biblioteca Sarmiento. “La base de la organización que Sarmiento pretende dar a la educación popular reside en la división de la tierra. Él cree que la agricultura debe ser enseñada en la escuela. Su discurso de 1857 en Chivilcoy es la piedra angular del progreso de este pueblo.”
Bibliografía:
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Campobassi, José N “Sarmiento y su época”. Tomo II 1863-1888. Bs. As. Editorial Losada. 1975.
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Gálvez, Manuel. “Vida de Sarmiento. El hombre de autoridad”. Bs. As. Editorial Tor. 1952.
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Melli, Oscar Ricardo. “Sarmiento en el Noroeste Bonaerense”. Separata de investigaciones y ensayos Nº 39. Academia Nacional de Historia, Bs. As. 1989.
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Bellotta, Aracelli. “Aurelia Vélez. La amante de Sarmiento. Una biografía amorosa. Bs. As. Editorial Planeta. 1998.
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Palermo, Pablo. “Los viajes de la vejez de Sarmiento”. Bs. As. 2009
Licenciado en Historia, Antonio Carlos Vita.
Asesor del Museo y Archivo Histórico Municipal Oscar Ricardo Melli