Fontana aparece en la radio con su hija, quien no se despega de su lado y escucha atenta. Ella es la inspiradora de una de las canciones del disco. Según explica, sus hijos, “nacieron jugando dentro de un estudio de grabación, eso yo lo disfruto muchísimo. Cuando estoy haciendo canciones nuevas y los escucho cantarlas en otros lugares… es algo que no tiene precio”.
El músico y compositor cuenta sobre la nueva experiencia que es grabar siendo padre, “antes no podía ni volar una mosca y ahora lo hago con juguetes volando de fondo”, señala mientras ríe y celebra que “soy mucho más productivo, antes creía que no iba a poder grabar nunca más un disco… casi que había cerrado el estudio con llave.”.
Asimismo, su inspiración para hacer música fue su padre, recuerda “la primera canción que escuché que me arrancó la cabeza fue una que mi papá le hizo a mi mamá. Era parecida a una zamba, siempre la quise recuperar, incluso a veces me surgen partecitas en la cabeza pero no me acuerdo bien cómo era. Debería pedirle la letra a mi mamá.
El proceso creativo para crear un disco le lleva, aproximadamente, un año. “Yo lo hago en mi casa, en los horarios que tengo, y voy luchando para encontrar varios días seguidos esa concentración plena que se necesita para hacer esto. Hay días que trabajo ocho horas y otros que solo dos”.
¿Y cómo es atravesar los malos días, dentro de este proceso? le preguntan las locutoras. A lo que Fontana explica que “todo es aprovechable, los malos días generalmente no te ponés ni a jugar con el instrumento, pero si lo hacés también tiene algo interesante, me lleva en la búsqueda de una canción a otros lugares. Pero si uno está muy pasado de estrés es difícil conectarse con la música”.
Este nuevo disco, que ya se encuentra publicado en Spotify, presenta sus particularidades, “hay solos de guitarra que es un poco la inspiración de Don Lucero, el disco de Spinetta” explica, debido a que “tuve de profesor de guitarra a Guillermo Arrom que era un guitarrista de Spinetta de esa época y me gustan muchísimo los colores, cómo ponían las guitarras en esos discos”. Esa presencia de guitarras se fusionan con otras intervenciones y con la presencia del jazz, “que fue lo que estudié”, señala.
