El difícil arte de sostener el empleo
Por Alejo Dentella
En las próximas 72 horas se sabrá si Víctor Aiola intentará ir por otros cuatro años o volverá al llano, aunque por el momento no se descarta que pueda pescar una banca en el deshilachado frente de Juntos por el Cambio. Este cronista abre apuestas - un lechón, dos botellas de tinto- porque cree que el Jefe Comunal ya tiene decidido tomarse un respiro, dejar el Palacio de calle Reconquista y en el peor de los casos inaugurar el consultorio en su nuevo domicilio de Avenida Saavedra y Maipú. Por el lado del frente opositor, que seguramente en estos días cambiará de nombre, es inminente el lanzamiento de Darío Golía -se estima para el próximo día 19- quién tiene pensado ocupar nuevamente la oficina que Aiola dejaría libre a partir del 10 de diciembre. Más allá de cómo se termine definiendo la yunta de los nombres con más chances a disputar el principal cargo público de la ciudad, lo cierto es que periféricamente son cientos de actores los que siguen de cerca esta cuestión. La posibilidad de conservar un cargo en la gestión, de volver a ocuparlo y/o estrenarlo en caso de aquellos más jóvenes o que nunca estuvieron, depende de quien termine con la mayor cantidad de votos en el turno electoral del mes de octubre. Salvo el caso del mismo Intendente o la reelección de la actual diputada Micaela Olivetto, no hay motivos para que nadie se entusiasme con una banca provincial. De ahí en más, el bonus más cotizado es el que te deja sentado en el Concejo Deliberante, con un conchabo sin carga horaria, un salario promedio de 300 lucas e inamovilidad por cuatro años. Todas y todos los demás quedan pendientes de aportar esfuerzos para juntar votos y luego ir al bolillero de donde saldrán los integrantes del nuevo organigrama municipal. Lo único que podría evitar una ola de desocupados es la irresponsabilidad de otra avalancha de pases a planta permanente de acá a la primera semana de diciembre.
Los que pican primeros
El exsenador y exdirector del Bapro Diego Rodrigo, solía responder con frecuencia a sus amigos, en épocas de vacas flacas en la UCR, que las posibilidades de cargos cuando sos opositor se estrechan demasiado, 3 o 4 bancas de concejales para decenas de interesados. ”Hay que recuperar el Municipio para tener lugar para todos”, aconsejaba el dirigente radical previo al 2015. Siguiendo ese razonamiento, aún siendo gobierno, las hoy apetecidas bancas ambulantes del HCD son demasiado pocas para tantas demandas. De hecho, el actual oficialismo local, hoy desordenado por la cruenta interna nacional y provincial, tiene en Chacabuco una media docena de candidatos a intendentes. Esto significa que cualquier posibilidad - casi improbable- de querer intentar evitar una PASO, significa estar dispuesto a ofertar, de mínima, un asiento con posibilidades reales de uso. Está claro, que quienes se anotaron por el premio mayor, pero ya adelantaron predisposición a negociar una candidatura de consenso, son quienes han picado primero. Ariel Di Piero, Celina Felice, Ignacio Orsini, Fabio Di Palma son algunos de los que algo se van a llevar.
Actores de reparto
Claro que en esa lista, y siempre hablando de Cambiemos, no aparecen los nombres de Lisandro Herrera y Alejo Pérez. El primero quiere ver las cartas que pondrá arriba de la mesa en los primeros días de esta semana Víctor Aiola. El segundo también aguarda eso y corre con la ventaja de que el Intendente ya anticipó que en caso de no intentar otro mandato, el bautismo será en breve y el nombre del ahijado Alejo. Pero sin entrar en esta disputa que ha tensionado la vida interna radical, y que obliga a estar atentos por los movimientos cruzados que puede disparar la decisión que tome Aiola, esta vez ponemos el ojo en las discusiones de los actores de reparto. Son aquel universo de personas que ven en la función pública una posibilidad de subsistencia o el refuerzo de ingresos para aquellos casos que además tienen una profesión, oficio o actividad comercial preexistente. Ahí está la clave de la incertidumbre que por estos días se vive en el edificio frente a la plaza San Martín.
Hoja de ruta
Quién escribe insiste con su teoría ya hecha pública en Frecuencia Electoral (98.9 Radio Ultra). Víctor Aiola no irá por otra reelección y el apadrinado será Alejo Pérez. En ese caso podrían todos los actuales funcionarios, o la mayor parte de ellos, quedarse tranquilos de que nada cambiará si Pérez sucede a Aiola. Pero no está de más recordar que el actual presidente del bloque Cambiemos es agnóstico, no fue bautizado y detesta los padrinazgos. Para rematar hay que recordar que fue su progenitor, el exSecretario de Gobierno de Osvaldo Rodrigo y luego concejal en 1987/1991, quien le alcanzó a Horacio Recalde primero y 16 años después a Víctor Aiola, un manuscrito con los principales lineamientos, que según su punto de vista, debería tener una gestión refundacional en el Municipio de Chacabuco. Recalde, un viejo rival interno de Jorge Pérez, tal vez no entendió de qué se trataba. Víctor Aiola no llegó a leerlo, y cuentan sus allegados, que el texto, cuyo contenido vale la pena tener en cuenta, terminó en un cesto de la entonces “casita” de calle 25 de mayo. Con algunos retoques, seguramente será reeditado para el caso de que su hijo mayor llegue a ocupar el cargo de intendente. En ese supuesto, la mayoría de quienes actualmente ocupan el gabinete y cargos satelitales, serán pasados a disponibilidad, salvo honrosas excepciones como la de la actual secretaria de Desarrollo Social, Laura Marchesse. Es que en la lógica de un posible nuevo organigrama, jugará la puesta en marcha de aquel “modelo refundacional” que ninguno de los últimos alcaldes radicales quiso intentar. El camino difiere bastante al recorrido por el actual jefe radical. Será la receta de campaña para tratar de tomar distancia y que no quede en el centro de la escena de la campaña el plebiscito por la actual gestión.
Proyectar
Ninguna de las empresas que se propuso Darío Golia en su larga carrera política, le han resultado fácil. El dos veces intendente de la ciudad está próximo a anunciar el lanzamiento de su candidatura. El actual concejal se propuso un camino nada sencillo, cuando en medio de la pandemia decidió fundar un instituto para el debate de ideas y formación de nuevos dirigentes al que bautizó con el nombre de Proyectar. Mientras tanto, es además el presidente del Partido Justicialista de Chacabuco y tampoco le será simple conformar a todos y a todas. La ventaja en este momento, es que Golía alienta una expectativa de regreso al poder, mientras en el conglomerado de militantes de Cambiemos saben que se viene una disputa difícil y en principio ponen en riesgo sus recibos de sueldo. Golía tiene un frente interno que -aún enfrentando una PASO- podrá sortear con holgada facilidad aunque, previamente y luego, deberá hacer un meticuloso loteo que le permita contener a las amplias mayorías imprescindibles para comenzar un hipotético tercer mandato. En las múltiples usinas que trabajan para que Golía regrese al municipio, aseguran que desde hace rato se tiene en cuenta la necesidad de contener a las y los compañeros y que eso puede parir un nuevo modelo de gestión que no tiene que empezar o terminar en una oficina del Estado municipal. Ojalá nos sorprendan.