sábado. 07.09.2024

Lionel Messi está teniendo sus primeros pasos en el soccer (como lo denominan por esos lados) y fiel a su estilo, está dando cátedra en cada uno de sus partidos. Ya son cuatro los que disputó, convirtiendo siete goles. Un arranque histórico para un futbolista de la MLS y que ya se está metiendo en la historia en una de las últimas franquicias que se sumó al fútbol norteamericano, ya que en ese puñado de encuentros, que alcanzan con solamente los dedos de una mano para contarlo, se mete en la lista de uno de los máximos goleadores históricos y está destinado a superar a un amigo suyo, Gonzalo Higuaín.

Esto se entiende porque el Inter de Miami se fundó en 2018, de la mano de los hermanos Mas y el exquisito exfutbolista inglés David Beckham, que desde antes de su fundación tenían el sueño de que el mejor de todos los tiempos se vista de rosa, con el tiempo se terminó dando y se está reproduciendo una película típica de Marvel, en las tierras del buen cine, con Leo como el gran superhéroe.

Con los siete tantos ya mencionados anteriormente, la Pulga se encuentra en la cuarta colocación entre los máximos artilleros del club, igualado con su compañero Josef Martínez. En lo más alto se encuentra Gonzalo Higuaín con 29, que a este paso, el 2023 culminará con Messi como el goleador histórico, teniendo una marca fenomenal, siendo el que más goles anotó para tres equipos diferentes: Inter de Miami, Barcelona y Selección Argentina.

Cuando Messi se marchó a Miami lo que muchos decían era que iba a retirarse, a dar sus últimos pasos y a jugar más relajado para no aguantar las exigencias que demanda el fútbol europeo. En cancha se notó completamente lo contrario, tomó el rol de capitán, líder y estandarte del equipo, su gen competitivo aún sigue vigente y no va a parar hasta conseguir la Leagues Cup, en la cual se encuentra en cuartos de final, y el viernes se enfrentará a Charlotte. 

Siempre tener al mejor del mundo es un plus y más en este nivel, que solo por una decisión personal desembarco en Estados Unidos, porque deportivamente hablando todavía le quedan cartuchos de sobra para estar en la élite de Europa. Sus nuevos compañeros notaron lo que es jugar con Leo y las facilidades que encuentran con el 10 en cancha, y no solo con él, sino que también con otras dos bestias del mundo del fútbol como Sergio Busquets y Jordi Alba, grandes amigos de Messi y que entienden a la perfección lo que quiere dentro de la cancha.

Antes de la llegada del astro rosarino, el presente del Inter era irregular. Último en su conferencia en la MLS y teniendo una racha de 5 encuentros consecutivos sin conocer la victoria y 11 si contamos solamente la liga estadounidense, ya que en la US Open Cup, que es la Copa Nacional de aquel país, pudo avanzar sin problemas a las semifinales, donde se enfrentará a Cincinnati.

El debut con el Inter fue frente a Cruz Azul de México, que ingresó en el segundo tiempo y su actuación fue fenomenal. El equipo no andaba y entró Messi para cambiar la ecuación. Cuando parecía que todo iba a terminar 1-1, el genio frotó la lámpara y con un tiro libre espléndido, de los que solo seres de otro planeta pueden embocar de esa manera entre los tres postes, anotó  el agónico gol de la victoria, y ahí se dio un momento maravilloso para él, y  todo el mundo entendió el porqué eligió irse a Miami. Después del festejo con sus compañeros, fue directamente a donde se ubicaban sus tres hijos y esposa para darles un abrazo, el que seguramente siempre soñó luego de cada gol.

Después vino el Atlanta United, con otra fenomenal actuación del 10 y capitán, su primer encuentro como titular y donde más se evidenció la conexión Messi-Taylor, dos que se entienden a la perfección, que parece que jugaron toda la vida juntos y solamente fueron un par de partidos. Ambos marcaron dos goles y se asistieron en una ocasión. 

Luego se vino el caliente clásico de Florida contra el Orlando City, un partido bravo para jugar, en el cual nuevamente Leo apareció y, como ya nos tiene acostumbrados en esta clase de enfrentamientos, se despachó con dos goles y pudo haber hecho uno más de penal, pero le cedió la pelota a Josef Martínez para que lo ejecutara. Además, se lo vio más metido que nunca, varias veces enojado y discutiendo con los rivales. 

El último encuentro fue contra Dallas, que fue muy complicado para el Inter ya que tuvo que remontar un 3-1 en los 20 minutos finales, y ahí volvió a aparecer la genialidad de Leo, se puso el equipo al hombro y lo llevó a que todo termine 4-4. Benjamín Cremaschi anotó el 3-2, rápidamente Dallas puso el 4-2 y cuando todo parecía sentenciado, un centro al área de Messi derivó en un gol en contra y cerca del cierre del partido, otro tiro libre mágico del rosarino para que todo se defina en los penales, instancia que Inter supo vencer a su rival y meterse en cuartos.

¿Cómo no soñar con un Messi 2026? Sigo negando que el de Qatar fue el último. Ahora está jugando más relajado y a su vez manteniendo el gen competitivo, estando en tierras estadounidenses donde se jugará la próxima Copa del Mundo en conjunto con Canadá y México, con un rol de líder, entrando desde el banco para cambiar la ecuación, que con tan solo cinco minutos del extraterrestre, cualquier cosa puede suceder, basta y sobra para una genialidad suya. Copa América 2024, Mundial 2026 y luego 6 meses en Newell’s para un cierre de oro. Las ilusiones están intactas.

 

El dueño del soccer