“Todo se hace muy difícil y genera mucha impotencia”
Luego de conocer los números del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicados por el INDEC donde la inflación durante el mes de enero llegó al 6% sumándose al 98.8 interanual, Diario Cuatro Palabras habló con Marcos Figoli y Guillermo Gaspari, vecinos comerciantes en el rubro de alimentos, para conocer el impacto en las góndolas y cómo se la rebuscan aquellos negocios donde los paquetes de medidas de alivio, muchas veces, no llegan.
Figoli explica que, principalmente, la inflación afecta en la rentabilidad debido a que “son tantos los cambios de precios diariamente que se hace muy difícil calcular la rentabilidad real”. Otros factores que también influyen son los aumentos de impuestos y servicios. Por otra parte, también se ve comprometida la proyección de venta “hoy las ofertas son de muy corto plazo o no podes tenerlas mucho tiempo porque te cambió automáticamente el precio de un día para el otro o de una semana para la otra”. Sostener estas cuestiones implica un trabajo minucioso por parte de los comerciantes para conseguir los mejores precios, los productos de mayor consumo y cambiar la dinámica del negocio en cuanto al stock.
“La gente empezó a comprar más por precio que por gusto”
Si bien la inflación es generalizada, los comerciantes explican que en particular los derivados de las harinas son los que más aumentaron en el último mes junto con la bebida pero ésta última es más común por la temporada de verano.
Por su parte, los clientes de siempre, fueron cambiando su comportamiento ante está situación. Figoli explica su sorpresa con aquellos que “saben los precios más que yo” porque están acostumbrados a buscar, a prestar atención y comparar, por eso considera que es “un cliente más activo”. Gaspari, en la misma postura, agrega que la gran mayoría “intenta satisfacer las primeras necesidades con alternativas de productos más baratos”. Otro detalle que observan es que ya “no compran por impulso, la compra es mas medida, es mas pensada” porque “te tenés que adaptar al sueldo que tenés y hacerlo lo más flexible posible”.
La alternativa para “fidelizar un poco mas al cliente que está mas volátil”
Gaspari explica que “todos los días llegan listas de precios nuevas” y eso vuelve la situación tan difícil.
Otro fenómeno observado es que las empresas “le pasan al gobierno determinado importe que en realidad está mucho mas caro de lo que realmente vale. Muchas veces me ha pasado de vender cierto producto más barato de lo que está en precios cuidados”.
Coinciden en que las medidas del gobierno “son para las grandes cadenas” y el comerciante de barrio no logra conseguir esos precios y productos.
Para Figoli, la alternativa a la que acuden los comerciantes para paliar esta situación y seguir siendo una buena opción para los vecinos es “comprar los productos que más se rotan, generar stock, que eso te genera poder sacar ofertas y mantenerlas más tiempo” de está manera pueden lograr fidelizar a los clientes que hoy en día “se recorren todos los negocios” buscando los mejores precios.