“Han hecho negocios juntos. Se han espiado mutuamente. Han volanteado el resultado de ese espionaje. Han detenido a personas sin condenas. Han inventado noticias falsas para dañarse mutuamente. Han utilizado jueces para complicarle la vida a sus enemigos. Han consolidado la idea de que el mal absoluto se superpone con quienes piensan diferente y el bien con los propios. Han tolerado, armado y/o participado de programas televisivos que reprodujeron hasta el infinito la técnica del escrache contra los adversarios políticos. Depende el momento político, o el poder de cada uno, fueron más o menos eficientes en la aplicación de estos métodos.” Esta frase, textual, es tomada de una nota de opinión firmada por el periodista Ernesto Tenembaum, en el portal Infobae. Se recomienda su lectura integral.
El martes pasado se conoció el fallo de primera instancia por el expediente “Obra Pública” y toda la atención estaba puesta en la condena que recaería sobre Cristina Fernández. “Seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos” fue el veredicto del tribunal que preside uno de los jugadores de fútbol de la quinta Los Abrojos, propiedad de Mauricio Macri. En todos los casos es una sentencia de la justicia que supimos conseguir, y debe ser acatada. Pero hay que tener presente que es mucho el camino judicial po recorrer, incluso instancias de tribunales internacionales a quienes nuestra carta magna les reconoce rango constitucional.
Excede a este cronista en su acotada praxis periodística y, mas aún, escasos conocimientos del rebuscado mundo del derecho, extenderse en consideraciones que desde distintas tribunas han competido con los mejores goles del mundial. Sí vale la pena apuntar algunas líneas sobre aquella cuestión que más ruido hace a la hora de analizar la conducta de nuestros dirigentes políticos, relacionada con la ética pública y la doble vara para juzgar según de quien se trate. De ahí la recomendación de la nota de un antikirchnerista rabioso como es Ernesto Tenembaun.
Nueva conducción
Apenas cumplidas las primeras 72 horas desde la asunción de las nuevas autoridades del Comité Alem, el martes por la noche sus miembros redactaron un documento, que hicieron público a través de algunos medios, donde “analizan” el fallo de primera instancia en la causa conocida como “Obra Pública”. En línea con el rutinario juego de la grieta, la conducción de la Casa Radical publica un documento en el que consideran al citado fallo como “Un hecho histórico, pero un día triste para nuestra Patria”.
A partir de ahí cualquier lector distraído esperaba un párrafo explícito, al menos una mención, respecto al viaje a Lago Escondido en el que jueces y miembros del gobierno de Rodríguez Larreta, vulneraron los principios básicos del Derecho Penal Argentino, cuando tipifica conductas de los funcionarios públicos. De esto terminaron hablando todos los medios de comunicación, incluso los mismos que tenían un pacto de no difusión, luego de las primeras denuncias realizadas por el diario Página 12. Este es un claro ejemplo de la doble vara moral para medir el comportamiento de dirigentes y funcionarios, según a quién beneficia o perjudica el desacreditado poder judicial. Salvo que lo dicho en el último párrafo de la nota firmada por el Comité Alem, juegue como una advertencia ante demasiados comentarios de pasillos.
“Estamos convencidos de que este fallo es fundamental para poner un freno al sistema de corrupción que se instaló en el kirchnerismo”, cierra el documento. Daría la sensación de que, más allá del recorte histórico, -al no tener presente el nacimiento de la Patria Contratista como bocado preferido de la familia de Franco y con la que decidieron convivir todos los gobiernos de los últimos 50 años- hay un expreso llamado de atención que sale de la usina intelectual de Moreno 82.
Los buenos y los malos
Promediando la mitad del primer gobierno de Víctor Aiola, una sumatoria de hechos que se denunciaban en el interior del mismo gabinete, dio nacimiento a la creación de dos grupos conocidos como “los buenos y los malos”. Como siempre ocurre en estos casos, la designación de cada nombre corrió porcuenta de los primeros. Algo muy habitual también a nivel país. Lo cierto es que entre otras cosas, el entonces asesor letrado Carlos Costa, cuestionaba el espesor de la carpeta asfáltica que se utilizó para la pavimentación de la calle Balcarce. Funcionarios, ex funcionarios, concejales y dirigentes de toda la alianza radical-macrista han recorrido el tramo de Balcarce entre Espora y Carlos Gardel y pudieron apreciar el poco tiempo que tardó esa pavimentación en sucumbir y terminar confirmando que Costa tenía razón.
Aiola, presionado por el grupo de “los buenos” que en ese entonces comandaba Agustin Maspoli, vaya paradoja, termino con la salomónica solución de entregar al secretario de Gobierno Mariano Camera y luego hacer lo mismo con el otro correligionario Carlos Costa. Este último fue merecedor de un acto de desagravio que se realizó en la confitería La Estrada. En ese lugar el ex Intendente Osvaldo Rodrigo pronunció un encendido discurso, en el que defendió “la actitud valiente del Dr Costa, por animarse a denunciar actos de gobierno que estaban reñidos con la ética publica”. A su lado estaba quien fuera su primer Secretario de Gobierno alla por 1983 y hoy miembro de la mesa de conducción del Comité Alem, Cr Jorge Pérez
Nueva oportunidad
Por suerte el ejercicio democrático nos da siempre la posibilidad de alentar nuevas esperanzas, aunque las frustraciones acumuladas estén a muy poco de cumplir cuatro décadas. La Unión Cívica Radical ha pretendido ser una insignia de la ética pública, la transparencia en los actos de gobierno y la defensa del republicanismo. Por acción u omisión está claro que el objetivo fue demasiado grandilocuente. Incluso enaltecen a Raul Alfonsín, como padre de la joven democracia, pero desobedecieron su legado de cuando dijo “El límite es Mauricio Macri”.
Con su habitual recurso de frases picantes, Víctor Aiola, suele decir que sus correligionarios “hacen gala de mear agua bendita”. En breve se empezará a definir el futuro electoral del calendario 2023. También en Chacabuco. Hay que ver cuántos y cuántas se animan a trazar la línea divisoria entre lo que está bien y lo que está mal. Habrá que ver hasta donde hay coraje para hablar de transparencia de los actos de gobierno, de utilización del poder en beneficio personal, del crecimiento patrimonial que se ve pero no se declara, etc,etc. En definitiva, es una nueva oportunidad para que “los buenos” hagan realidad aquella célebre máxima que escribió Mahatma Gandhi: “Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino.”