Comité de emergencia, gabinete de transición
Panorama Político / Por Alejo Dentella
La unidad del radicalismo local es el juego de Víctor Aiola para entretener a todos y todas. El nombre de su hermana como posible candidata a conducir el Comité fue un mensaje hacia adelante. Darío Golía marca los tiempos de campaña y el Jefe Comunal se suma desoyendo los manuales de estilo. Partidas presupuestarias millonarias para gastos no imprescindibles. Las lucecitas de la plaza como botón de muestra. Las renuncias de Fabio Di Palma e Ignacio Orsini no estaban en ningún plan. Los relevos se improvisan sobre la marcha. El posible retorno de Mario Ferraresi y su esposa Rita Aluise. Los verdaderos protagonistas del acuerdo radical que nadie conoce y la decisión de que si no hay tercer tiempo la cuestión se resuelve en familia.
En las primeras horas del día jueves ardían los teléfonos de los operadores de las diferentes líneas que estaban pronto a integrar la conducción de la Casa Radical de Chacabuco. Víctor Aiola se levantó muy temprano, como siempre, y no entendía quien habia filtrado el nombre de su hermana “Nana”, como posible candidata a presidir la UCR local. La noticia apareció en la versión gráfica de Cuatro Palabras de ese mismo día y el intendente se tuvo que ocupar de "desmentir" las versiones. Lo cierto es que si no había acuerdo entre las partes, Aiola iba a plantar a su hermana y así adelantar los tiempos preelectorales. Ese es el verdadero trasfondo político que ni de cerca quedó resuelto. En todo caso, la conformación de la lista de unidad anunciada en las últimas horas del viernes, es la manera más decorosa con la que el Jefe de Gobierno local entretiene a sus correligionarios.
Para ganar tiempo
Aiola asegura que no se metió de lleno en la definición de las nuevas autoridades de la casa Radical, aunque en reuniones previas debió pasar algún que otro trago amargo. En uno de los cónclaves previos pareció que se iba a picar. Incluso hubo expresa insinuaciones a la falta de transparencia en la gestión del primer turno. Lo cierto es que V.A estaba obligado a tragar sapos y contener a todos y todas si está pensando en otra reelección. Para eso abrió una lista multicolor. Le dio protagonismo a dos de los que pretenden sucederlo, abrió el juego con los “rebeldes” que nunca se rebelan y hasta logró que se sumen los pocos que quedan de la vieja guardia del ´83. En todos los casos es una formalidad. Más allá de los otrora encendidos discursos de 2015, el partido de gobierno nunca tuvo voz ni voto. Jamás en estos siete años de gestión se abrió el debate sobre políticas públicas. Mucho menos a la hora de armar o modificar el gabinete municipal. La crítica certera que Aiola hacía sobre la dinámica del Comité cuando este era controlado por Diego Rodrigo, e incluso presidido por el mismo Lisandro Herrera, quedó en evidencia que era pochoclo para la tribuna. Aquel radicalismo le abrió las puertas a su participación política y su llegada al poder. De ahí en más, la UCR local fue el espacio físico para doblar boletas y comer empanadas en tiempos de campaña. La nueva conducción del centenario partido, es la manera que encuentra Aiola para tirarla para adelante. Sus preocupaciones son otras.
Campaña prematura
El trabajo cotidiano que Darío Golía despliega desde su banca y también desde su rol de funcionario de Trenes Argentinos, lo obligó al Jefe Comunal a salir a hacer anuncios y gastar plata prematuramente. De manera casi anárquica. Quién puede asegurar que los más de 30 millones de pesos tirados en lucecitas en la plaza San Martín van a ser devueltos con el agradecimiento de los votos. O que los 17 millones de pesos que se van a gastar en el Centro de Monitoreo va a disminuir los alarmantes índices delictivos. A quién se le ocurrió autorizar una partida presupuestaria millonaria para demarcar las bicisendas que complican el tránsito y el estacionamiento, mientras ni en las horas pico son utilizadas por menos de una decena de vecinos y vecinas. El Jefe Comunal desoye los manuales de estilo en el capítulo que se instruye sobre tiempos electorales y se pone en modo campaña. Mientras tanto, las desprolijidades en algunos expedientes y las renuncias de funcionarios claves, son señales de alarma de un Gobierno fatigado.
Botón de muestra
Las renuncias de Fabio Di Palma a Obras Públicas e Ignacio Orsini en Gobierno, son ejemplos calcados de las fisuras en el Gobierno y la improvisación en la conducción. Cuando una gestión goza de buena salud, los funcionarios rara vez dejan su lugar o son renunciados. Cuando la cosa es peliaguda o media el desgaste, las decisiones sobre los cambios los hace el técnico y tiene al reemplazante al lado del juez de línea. Nada de esto ocurrió en los últimos 30 días con la ida de Di Palma y Orsini. En el primer caso no encontró reemplazo y el relevo fue cubierto con un subsecretario, que le permitió una salida decorosa. Para la Secretaría de Gobierno no estaba en ningún plan pensar un recambio. Es más, Orsini fue la cara visible de la prensa municipal en los últimos seis meses. El viernes se anunció una suplencia transitoria con chiques de las inferiores. Mientras tanto, cocina el regreso de Mario Ferraresi, funcionario de los primeros cuatros años, que se fue enojado por la falta de reconocimiento político. Luego se hizo más evidente cuando Rita Aluise siguió el mismo destino. Esposa del primero y la mentora de todo el millonario aparato comunicacional del aiolismo. El regreso de uno o ambos puede confirmar aquel dicho de la Nona, de que las segundas partes nunca son buenas.
Juntos aparte
Aiola tenía que cerrar filas hacia adentro porque la pelea mayor será con sus socios amarillos. El dalettismo no tiene caudal electoral pero son muy diestros a la hora de jugar arreglos. No hay ideología, compromisos ni códigos. El jefe radical sabe que las tres bancas en poder de sus aliados son la espada de Damocles en un contexto de posibles alianzas nacionales tan volátiles. Por eso conformó a casi todes los boinas blancas con un lugar en la lista de autoridades partidarias que estrenarán el 13 de noviembre. Las conversaciones previas al cierre fueron parte de encuentros muy privados entre el mismo Intendente, el senador Máspoli, Diego Rodrigo y Mariano Cámera.
Autoridades sin autoridad
Que se haya filtrado el nombre de María del Valle Aiola como posible candidata a presidir el partido, no es una casualidad ni mucho menos. En todo caso es una operación exquisita para plantear escenarios futuros. Tanto Lisandro Herrera como Alejo Pérez, han insinuado explícitamente su voluntad de ser candidatos en caso de que Aiola desista de un tercer tiempo. Uno presidente y el otro secretario de la flamante conducción boina blanca. En condiciones objetivas se podría decir que lograron cabeza de góndola. Pero haber hecho circular la opción de “Nana” unas horas antes del cierre de listas, tiene objetivos muy evidentes. Bajar el precio a la compleja unidad parida en estos días y dejar claro que en caso de haber sucesión, será materia del Derecho de Familia.