lunes. 30.12.2024
OPINIÓN

Cumbre de demonios

Los mandatarios de los 31 países miembros de la OTAN se reunirán este martes y miércoles en Vilna, capital de Lituania, para analizar cómo seguir apoyando a Ucrania. Asimismo, la alianza guerrerista busca ampliar su influencia en la región Asia-Pacífico, invitando al encuentro a los líderes de Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda. 

 

Por Gustavo Porfiri

OPINIÓN (7)
OPINIÓN (7)

Aunque en las próximas horas la Organización del Tratado del Atlántico Norte discutirá la adhesión de Ucrania al bloque, es poco probable que esto suceda. A pesar de que a finales de septiembre de 2022 Kiev solicitó su ingreso en la OTAN de forma acelerada, ya en aquel momento se tildó de inoportuna tal pretensión y la cuestión de su ingreso en el bloque militar sigue abierta. Para concretar su inscripción, se exige la aprobación de todos los miembros de la alianza y no todos ellos parecen estar interesados en ver a Zelenski y sus nazis entre sus filas.

Por ejemplo, en la previa de la cumbre, algunos medios británicos publicaron que Alemania tiene la intención de insistir en que se posponga la adhesión de Ucrania por temor a que este paso pueda desembocar en una guerra directa con Rusia. Si bien es obvio, lo de directa indica que indirectamente ya están enfrentados a Moscú.

Desacuerdos básicos 

“Es visible que Kiev está manipulando la opinión pública, tratando de arrastrar directamente a los países de la alianza atlántica a un conflicto militar con Rusia, algo que no está en la agenda de los miembros del bloque”, comentó el profesor asociado del Instituto de Economía Mundial y Negocios de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, Jadzhimurad Beljaróev. "En medio de sus esfuerzos por entrar en la organización, la parte ucraniana es muy consciente de que se trata de una ilusión. Los países de la civilización occidental asignan a Ucrania el papel de campo de pruebas antirruso, donde la población del país es carne de cañón. Para continuar las hostilidades a costa del pueblo ucraniano, la alianza pospondrá constantemente su admisión en sus filas, ya que nadie está esperando a Ucrania en la OTAN", opinó el analista.

En este sentido, el politólogo iraní y experto en relaciones internacionales, Hassan Hanizadeh, agregó que actualmente “existe una fuerte división de opiniones y posturas entre los Estados miembros de la OTAN respecto a la tentativa incorporación de Ucrania en la alianza”. “En los últimos años -continuó- Ucrania y sus dirigentes han sido engañados por las promesas de la OTAN, EEUU y los líderes europeos, lo que ha acabado por llevarlos a un conflicto armado de este tipo en el que el pueblo ucraniano termina como perdedor".

A su vez, el analista político y especialista en geopolítica turca y de Oriente Medio, Ikbal Durre, afirmó que "para Occidente, Ucrania se convirtió en una maleta sin manija: es difícil de llevar, pero es una pena tirarla. La situación actual demuestra que Occidente necesita aumentar la ayuda a Kiev, pero este apoyo no podrá cambiar el curso del conflicto, sino que solo lo prolongará. Cualquier ayuda militar a Ucrania solo provocará más bajas en ambos bandos".

Expansión sin límites

Para los jerarcas del conglomerado belicista más grande y peligroso del planeta, el asunto ucraniano no será lo único a discutir. En su Concepto Estratégico, adoptado en 2022, la OTAN calificó la zona de Asia-Pacífico como "importante para la OTAN, dado que los acontecimientos en esa región pueden afectar directamente la seguridad euroatlántica". Además, es la primera vez que el documento doctrinario de la alianza determina que la política y las aspiraciones de Pekín son el mayor desafío a su seguridad, intereses y valores. También les preocupa la cooperación creciente entre China y Rusia, percibida por Occidente como una amenaza para el orden internacional basado en reglas, un artilugio que supone dar de baja a todo lo avanzado en las últimas décadas en cuanto a Derecho Internacional, para que los pueblos del mundo se sometan a un reglamento dictado por el imperio Occidental. Una payasada, si no fuera una locura muy peligrosa.

Dada la necesidad de contener a Pekín, la OTAN se complementa con alianzas como AUKUS, un acuerdo estratégico militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos que se anunció públicamente el 15 de septiembre de 2021, o el Quad (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral) un foro estratégico informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India. 

Sobre estas ideas expansionistas, el ex primer ministro de Australia, Paul Keating, calificó el pasado domingo de "tonto supremo" al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, por su aspiración a aumentar los lazos de la alianza con Asia en sus intentos por contener a Pekín. Según el ex funcionario, "Stoltenberg, en su visión distorsionada, ignora el hecho de que China representa un veinte por ciento de la humanidad, ahora tiene la mayor economía del mundo y no tiene antecedentes de haber atacado a otros Estados, a diferencia de Estados Unidos".

Mientras tanto, analistas chinos sostienen que la intención de la alianza de expandir su influencia hacia la región Asia-Pacífico no solo revela el propósito "egoísta" de EE.UU. de imponer sus aspiraciones hegemónicas sobre los intereses de otros miembros de la OTAN, sino también la profundización de la división en Europa.

En fin, esta es la agenda que tendrá ocupados a los mandatarios de las principales potencias occidentales y sus perritos falderos. Esa es la visión del mundo que persiste en el Occidente imperial, mientras otro mundo, mejor, más justo y multipolar, hace fuerzas por nacer.

 

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