Petro, de 62 años, llegó a la presidencia tras obtener más de 11 millones de votos. Su fórmula presidencial la completó la líder ambientalista Francia Márquez, de 41 años, quien es la primera mujer afrodescendiente en asumir el cargo de vicepresidenta.
El análisis de los datos electorales revela que el Pacto Histórico alcanzó la mayoría en las regiones de Caribe, Pacífico y Amazonía, que bordean parte del mapa de Colombia, y que están conformadas por poblaciones afrodescendientes e indígenas, las más golpeadas por la violencia, la pobreza, la exclusión, el desplazamiento forzado y la discriminación.
“Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia”, expresó Petro al momento de juramentar en una ceremonia cargada de simbolismos y acompañada por más de cien mil personas concentradas alrededor de la Plaza de Bolívar.
El 7 de agosto es el aniversario de la Batalla de Boyacá, enfrentamiento militar ocurrido en 1819 entre las tropas del Libertador Simón Bolívar y el Ejército realista, que fue decisivo para la independencia de Colombia. En ese marco, el flamante presidente ordenó a la Casa Militar que le acercaran la espada de Bolívar, una reliquia que había quedado depositada en la Casa de Nariño, sede del gobierno, por decisión expresa de Iván Duque, el mandatario saliente, quien rehusó autorizar su salida.
El inicio del camino
Entre las primeras medidas impulsadas por el nuevo Ejecutivo, y que se someterán a debate en el Congreso colombiano, se destacan la prohibición de extraer hidrocarburos mediante el fracking, una ley de urgencia contra el hambre y una reforma tributaria. Sobre esto último, Petro habló durante la campaña electoral de crear un esquema impositivo “más progresivo y justo” en el que la mayor carga tributaria recaerá sobre las 4 mil fortunas más grandes de Colombia. Con esto se busca recaudar cerca de 50 billones de pesos anuales (unos 11.500 millones de dólares).
En una nación de 50 millones de habitantes, siendo una de las más desiguales de la región, castigada por la inflación, el desempleo y la pobreza, el gobierno electo propone una batería de reformas para reducir la brecha entre ricos y pobres. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) 19,6 millones de colombianos estaban en condiciones de pobreza el año pasado. Ahora tienen una esperanza.
La madre de todas las batallas
Petro deberá enfrentar una violencia creciente que se ha cobrado la vida de 801 líderes comunitarios y 183 exguerrilleros desde 2019. "Trabajaré para conseguir la paz verdadera y definitiva, como nadie, como nunca", expresó el nuevo jefe de Estado, asegurando que su gobierno va a cumplir el Acuerdo de Paz y seguirá "a rajatabla" las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad. "Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado", aseveró.
En este contexto, envió un mensaje a los grupos guerrilleros, instándolos a dejar las armas "en las nebulosas del pasado". "Convocamos a los grupos armados a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones", alentó Petro.
Asimismo, señaló que la paz será posible si se cambia la actual política de drogas, "vista como una guerra, por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas". "Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70 mil norteamericanos muertos por sobredosis cada año", dijo.
Buenos vecinos
Al finalizar la toma de posesión del presidente colombiano, su par venezolano, Nicolás Maduro, lo felicitó por su investidura en un video difundido en Twitter, y lo convocó a "reconstruir la hermandad" entre ambos países. "Tiendo mi mano al presidente Gustavo Petro y al pueblo colombiano para reconstruir la hermandad sobre la base del respeto y el amor", dijo Maduro.
Desde hace un tiempo, Colombia y Venezuela, nacidas hermanas y de las mismas luchas por la independencia, estaban alejadas. El gobierno colombiano saliente, heredero de la tradición uribista, siempre consideró a Caracas como un peligro, como una amenaza. Ahora, Petro convocó a la unidad en la región: "necesitamos estar más juntos y unidos que nunca. Pero la unidad latinoamericana no puede ser una retórica, un mero discurso", sostuvo.
El pueblo colombiano luce una sonrisa radiante, cargada de esperanza, luego de haber parido, con movilización y su voto, a la primera experiencia de gobierno popular en dos siglos de vida republicana. Que sea con éxito; el barrio entero se verá beneficiado.