"Estoy segura de que vamos a ganar en el 2023"

A pesar de las tensiones internas en el Gobierno nacional, en Chacabuco se consolida la oposición del Frente de Todos. La concejala Gabriela Belfortti insiste en que "no hay fisuras" entre "compañeros", aunque asegura que las cuestiones vinculadas a salarios e inflación deben resolverse "de inmediato". Por otra parte, “Gaby”, confía en que el peronismo gobernará la ciudad a partir del 2023 porque "hay un proyecto sólido y hay un descontento general con esta gestión". 

 

-Es un momento político de mucha tensión dentro del Frente de Todos, ¿cómo se resuelve internamente en Chacabuco?

-Acá esas diferencias que se plantean a nivel nacional, la verdad que no las notamos. Nosotros, particularmente en el Bloque, trabajamos todos juntos y muy bien. A pesar de que existen diferentes espacios que confluyen, en el día a día no hay fisuras. Sí charlamos mucho y cada uno expone su posición sobre la coyuntura. 


-Hay muchas críticas internas y externas a la figura presidencial y sus hombres y mujeres cercanos, por los tiempos, por la dinámica, ¿qué opinás?

-Particularmente creo que está bien que si hay diferencias, se expongan. No sé si se necesita tanta prensa para eso. Si uno es parte de un proyecto donde confluyen varios espacios, es legítimo tener diferencias pero hay que sentarse a hablar. Hay muchos regodeándose por eso. Tenemos que cerrar acuerdos entre nosotros. De todos modos, la inflación es un tema al que el Gobierno nacional no puede encontrarle la vuelta. El precio de los alimentos no para de subir, es muy complicado llegar a fin de mes incluso cuando varias personas de un grupo familiar trabajan. Las ayudas sociales son muy útiles y vuelven a la economía local. Pero a la inflación no se le encuentra la vuelta y eso es clarísimo. 

 

-Está claro que no se le encuentra la vuelta pero, ¿cuánto más pueden esperar los sectores más postergados?

-Entiendo que están trabajando en eso, que los indicadores mejoran, pero al no parar de aumentar el precio de los alimentos y servicios básicos, los indicadores positivos no alcanzan. Los números de la producción son positivos, hay cada vez más trabajadores en blanco, hay muchos nuevos puestos de trabajo. La cuestión de fondo es la pelea contra los formadores de precios que gobiernan de forma paralela. 

 

-Volvieron los encuentros de mujeres al partido, ¿qué aportan a la discusión política y por qué es necesario en esta coyuntura?

-En principio empezamos a reunirnos semanalmente las concejalas desde hace un tiempo. Pero con la conformación del nuevo Consejo Partidario, Ivana Grobets que es la secretaria de la Mujer en el partido, organizó algunas reuniones, nos juntamos y fue muy fructífero para todas. Ahí sí que no se nota de qué sector venimos, a quién respondemos, tenemos las mismas preocupaciones y apuntamos todas en el mismo sentido. Estamos armando varias cosas y vamos a seguir trabajando. 

 

-¿El Frente de Todos puede ser gobierno en Chacabuco? 

-Sí, totalmente. Sin dudas. Nosotros caminamos la calle, seguimos haciendo recorridas más allá de la campaña. Y se nota que hay un descontento generalizado con la gestión. Ya ni siquiera se limita a garantizar los servicios de barrido, limpieza. No cumple con lo básico. 

Es por eso que el Frente de Todos está en condiciones de ganar las elecciones, porque hay propuestas concretas, un proyecto de Gobierno sólido. En Chacabuco estamos más que seguros de ganar la elección del 2023.

 

-Siempre manifestamos la necesidad de generar consensos en el ámbito legislativo, ¿son viables con este oficialismo?

-Es muy difícil. El otro día hablaba con otro concejal y coincidíamos en que toda persona que aspire al Ejecutivo, debería tener un paso por el Concejo Deliberante. Porque hay un montón de desprolijidades, que sobre todo han quedado expuestas en el último tiempo, y no tienen que ver con malas intenciones, quiero pensar, sino con un desconocimiento del funcionamiento interno del poder legislativo, muchas cuestiones que les son ajenas.  

El Intendente plantea que hay muchas discusiones fuera de lugar, pero no es así. Es el lugar de debate, donde tenemos la posibilidad de plantear qué nos parece mal, y no nos quedamos en la crítica sino que proponemos proyectos para mejorar la calidad de vida de la comunidad. Está claro que la mayoría de las veces gana lo partidario y se impone la mayoría más allá del bien común.