Expediente Sucesorio
Por Alejo Dentella
A horas de que Víctor Aiola confirme su decisión de no ir por un tercer mandato, se empieza a definir el desenlace de la pelea por la continuidad del oficialismo al frente del Gobierno local. Cuando todos descuentan que Ariel Di Piero buscará sostener su candidatura contra viento y marea, está claro que el áspero debate que se dará en la larga mesa roja del Comité Alem, tendrá como plato principal la disputa entre los nombres de Lisandro Herrera y Alejo Pérez. Aunque nadie lo diga, detrás de las operaciones para definir esta contienda, esta el multimillonario senador Agustín Máspoli, que en un solo movimiento de piezas pretende poner el nombre del candidato y generar las condiciones de recambio generacional que incluye el pase a disponibilidad del ´´general´´ actualmente al mando del Ejecutivo municipal. A la fuerza se pretende abrir el expediente sucesorio. Esas disputas familiares no suelen tener final feliz.
El estratega
Más allá del expreso favoritismo anunciado por Aiola respecto al nombre de Alejo Pérez, quien viene cocinando a fuego lento esa reconfiguración del mapa interno de la UCR es el senador Máspoli. El contador público devenido dirigente político a partir de un acertijo electoral del año 2017, ha dedicado el poco tiempo que ocupa a las cuestiones públicas, en dos temas centrales: juntar toda la plata a la que accede ocupando la banca más codiciada de la política argentina y ser el único interlocutor de Victor Aiola, articulando con la superestructura radical y/o variopinto opositora. Con escasa actividad legislativa, solo 12 sesiones durante el año 2022, Máspoli aprovecha todo el tiempo que no utiliza en cuestiones domésticas o administración de finanzas y fideicomisos, para diseñar escenarios y tejer armados estratégicos. Mal no le va.
Jaque mate
No es una cuestión caprichosa hacer un repaso biográfico no autorizado por la ruta del senador Agustín Máspoli, de aquí en más A.M. Este cronista, cree que es el autor intelectual de la propuesta de abrir anticipadamente un expediente sucesorio cuando el causante goza de muy buena salud. Desde hace tiempo que A.M. responde que su relación con Aiola termina cuando venza su mandato de senador, lo decía también antes del 2021, luego del segundo loto lo postergó para el 2025. "Yo hago la mía” repite a sus pocos íntimos. Vaya si se nota. Pero en el medio está el 2023 y el escurridizo contador en ejercicio de representante del pueblo de la Cuarta Sección Electoral, tiene en mente una jugada maestra. Si sale, jaque mate.
El 1 en el kart
Después de lograr el último título con el kart alistado por Tomás Marino, Alejo Pérez se sumó al actual Gobierno y luego a la política, incomodando a más de uno. Entre ellos, al mismo A.M. Pérez, al igual que Máspoli, no fueron militantes de escuelas secundarias, de comités, ni de centros de estudiantes universitarios. El actual concejal se referencia con el pasado de activismo político radical que tuvo su padre, quien vaya casualidad, también fue Secretario de Gobierno y luego concejal, aunque con una diferencia no menor. Jorge Pérez llegó a la banca allá por el año 1987, con los votos propios de una elección interna en la que fue acompañado por un voluminoso grupo de militantes ruidosos que se plantaron frente a quien fue, por lejos, el último caudillo radical con títulos y honores.
Volviendo al tema, A.M. terminó digiriendo la aparición del excorredor de karting cuando vio que podía ser una pieza clave en su juego. Claro, que quienes conocen a Pérez(h) saben que no es de su agrado caminar a la par de nadie. Por las dudas, aunque a fuerza de pecar por desagradecido, suele decir " yo no me bauticé, no tengo padrinos".
Pero "negocios son negocios" dice un amigo, y ahí están , tirando en yunta con un mismo objetivo.
De cualquier modo, Pérez y Máspoli coinciden en agradecer a Víctor Aiola por el reverdecer de la UCR, aunque en voz baja desgranan reproches por los desaguisados de su segundo mandato y por eso creen que llegó el momento de una renovación generacional. Para eso, el Senador fue el promotor de la candidatura de Pérez en el año 2021. Ahí trató de confirmar su autodefinición y dotes de “tiempista”. En aquel mismo momento se cargó las legítimas aspiraciones de Lisandro Herrera, quien hasta hace poco tiempo, y de muy buena fe, creyó que llegado el momento cobraría por su titánico esfuerzo de poner el pecho a las balas desde la presidencia del Concejo Deliberante. Más aún, cuando el arribo de Darío Golía sacudió la modorra del Legislativo local.
Tierra fértil
Después de las graves denuncias de corrupción en el área de Servicios Públicos y la implosión del gabinete municipal, Máspoli vió tierra fértil para avanzar con su proyecto de recambio generacional. Fiel a su estilo de austeridad, apuró una encuesta semiprofesional y plantó caprichosamente números que proyectan a Pérez como mejor posicionado que Herrera. A esta altura no hay recelos con el expiloto, a quien imagina atendiendo las urgencias del pago chico. Tal vez subestime la inteligencia ajena. Lo cierto es que de inmediato, el legislador provincial convenció a Aiola que, de no ir él por un tercer mandato, quien intente reemplazarlo debe tener, un piso razonable de votos y una abultada caja de ahorros. Como buen contador, cuidadoso de las reservas acumuladas durante su residencia transitoria en el edificio legislativo de calle 7 en la Ciudad de La Plata, Maspoli busca erigirse como el armador, nunca poniendo.
“El poder no se delega”
Nadie que huela la política de cerca, puede dudar de que Víctor Aiola no esté viendo lo que pasa a su alrededor. Sabe que Máspoli y Pérez van por su retiro voluntario o su jubilación, en el mejor de los casos. Tal es asi, que A.M., en sus habituales paseos semanales, consigue acordar encuentros para el Jefe Comunal con dirigentes de nivel provincial y nacional. En uno de los últimos ágapes, fue recibido por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. La idea sería pelear por alguna banca en el convulsionado frente macrista-radical en el que se mueven desde el año 2015. "Yo tengo demasiadas urgencias en el día a día de la gestión, se que los muchachos no pierden tiempo, pero confíen en mí" le repite Aiola a su círculo íntimo mientras termina de deshojar la margarita a sabiendas de que las traiciones son parte de los gajes del oficio. Es más, días atrás, recordó la frase de un dirigente peronista con quien pasó de mandarlo a agarrar la pala, a referenciar como interlocutor opositor. "El poder no se delega" recuerda y aclara que es una frase de Julián Domínguez. Vaya a saber que pasa por la cabeza del pediatra. Por ahora goza de buena salud. Con ese diagnóstico, es una aventura de alto riesgo abrir el expediente sucesorio.