“La palabra es abismo. Es al mismo tiempo herramienta y conflicto. Comunicación y malentendido. Verdad y mentira. Habitamos en la confusión. Y en ella debemos construir nuestra subjetividad”, dice y piensa el psicólogo y psicoanalista Gabriel Rolón sobre la palabra, la materia prima con la que trabaja en el consultorio y que hoy lo convoca a girar por los escenarios del país.
El escritor y divulgador presentó en la ciudad una obra teatral necesaria para entender de qué se trata el psicoanálisis, para qué sirve y cuál es el rol de la palabra dentro de las cuatro paredes que encarnan una consulta. “Somos humanos en tanto habitamos un mundo de palabras. Un mundo lleno de seres y paisajes que no veremos jamás, y sin embargo nos recorren. Dar la palabra es darse uno mismo, siempre y cuando no se trate de una palabra vacía. La única palabra importante es la que lleva nuestra sangre. La que nos modifica una vez pronunciada. Esa es una palabra que nos compromete y nos define. Esa es una palabra plena”, dice el autor apenas comienza la obra.
Además, la obra aborda temáticas universales, como la angustia de la pérdida, el duelo, cómo se hace para salir de situaciones traumáticas, qué pasa cuando una persona se convierte en abismo. Para ello, Rolón se sirve de un caso clínico con el que relata todos esos procesos de manera teatral. Se trata de Carlos Nieto, director de la obra, que hace de paciente y muestra qué es lo que se hace dentro del consultorio, con acompañamiento musical de Gabriel Mores.
Para cerrar, Rolón insiste en que las cosas importantes de la vida son incómodas, y asegura “caminamos entre el amor y la pérdida, la felicidad y la angustia, la esperanza y el deseo. Siempre de la mano de la palabra”. Por eso, remarca, “la palabra es abismo, es al mismo tiempo herramienta y conflicto. Comunicación y malentendido. Verdad y mentira. Habitamos en la confusión. Y en esa confusión nos jugamos la vida”.