domingo. 22.12.2024

“Me gustaría que al Concejo se lo escuche más”

Con una postura más crítica de lo habitual, el presidente del Concejo Deliberante, Lisandro Herrera, se refiere a la necesidad de que el aparato legislativo local “sea tenido más en cuenta”. En diálogo con Cuatro Palabras asegura que es momento de que Juntos empiece a definir sus liderazgos, y muestra su preocupación por la situación particular de la Provincia de Buenos Aires. “Terminamos teniendo dirigentes que vienen de Capital Federal u otros lugares a ser candidatos de la Provincia. Tenemos que salir de la antigüedad que nos rodea. La única clave es trabajar, militar. El partido radical tiene mucho para mostrar, en tanto y en cuanto no se cruce de brazos y deje que todo lo hagan los demás por alguna conveniencia que tenga algún que otro dirigente”, asegura. 

 

-¿Creés que en este último tiempo se ha logrado cambiar la imagen que tienen los vecinos e incluso el propio Ejecutivo sobre el Concejo Deliberante?

-No tengo ningún tipo de encuesta sobre eso. Mi deseo es que sí haya cambiado. Porque el ámbito legislativo en su conjunto es tal vez por donde sangra un poco la política o el concepto de desprestigio de la política, donde no se ve lo mejor. Y eso a mí me duele porque yo soy un vecino de Chacabuco y uno se levanta todos los días para prestarle un servicio a la comunidad, con toda la pasión, como sé que muchos de mis colegas lo hacen y me consta. La política hoy está tan degradada por el accionar mismo de los políticos, y nos tenemos que hacer cargo de esta situación. Yo no creo ser el culpable y a lo mejor muchos de nosotros tampoco, pero acá estamos. Y tenemos que tratar de remar esta situación y eso se logra haciendo las cosas bien. Haciendo lo que el vecino demanda, siendo sincero, dando la cara. 

 

-Se ha acusado -de un espacio o del otro- de que el Concejo sea una escribanía, que los proyectos se aprueben por mayoría ¿eso cambió?

-El Concejo es un lugar donde uno tiene la posibilidad de escuchar, el ejercicio de escuchar al otro aun siendo el opositor por ejemplo, y de escuchar a los vecinos permanentemente, a las instituciones, a las empresas. Es impagable eso. Desde ningún punto de vista podes comparar otra área con el Concejo, donde todo se recibe y donde estás obligado en el mejor de los sentidos a escuchar al otro. Eso te abre mucho el panorama y el análisis. 

Lo de la escribanía fue una frase que se hizo folclórica en el ámbito de la crítica, y siempre es motivo de descargo desde la minoría con respecto a la mayoría. Tengo que decir que no es así. Que por supuesto se utilizan las mayorías, pero no se da en este momento que no se escuchen las propuestas. ¿Me gustaría que se intensifique más? Si, es una realidad. Me gustaría que al Concejo se lo escuche un poquito más, que se lo tenga un poco más en cuenta. La opinión del concejal y del Cuerpo del concejal es una opinión que está ajustada al día a día con los vecinos. Y por las discusiones entre los distintos espacios tiene un análisis, que a veces el Ejecutivo por su día a día, o por estar encerrado en querer resolver  los conflictos o situaciones coyunturales, no tiene el tiempo necesario para hacerlo.

 

-Esta semana hubo varias discusiones internas dentro de Juntos, donde se destacó la discusión por chat entre Elisa Carrió y Gerardo Morales. ¿Qué opinás de la exposición, y de la denuncia en concreto?

-Hay algo que le voy a reprochar a Lilita Carrió, que me parece que tiene una especie de contradicción. No lo denuncia, porque si lo hiciera, tendría que avanzar mucho más. Tiene el deber como funcionaria pública o por haberlo sido en algún momento. Lilita suele ser muchas veces “la moral de la política”, pregona eso. Es una persona académicamente formada, pero tiene ese pedacito de ego político que muchas veces la motiva a hacer un poco de ruido. Y hace ruido para ver si empieza a sonar el teléfono. Ese juego es parte de la vieja política, de las viejas tradiciones o estrategias, que no entiendo ni quiero. Muchas veces me cuesta tomar en serio a Lilita en sus declaraciones. Lo digo con cierto dolor, porque entiendo que es una personalidad que puede seguir aportando, pero hoy no estamos para este tipo de expresiones o este tipo de manejos. De todas maneras, a Juntos le falta definir sus liderazgos. Me parece que hay demasiado desorden dentro de la cúpula de Juntos y eso no es bueno para ofrecerle al país. Acá no se trata de ofrecer un modelo kirchnerista, albertista o massista así porque sí. Me parece que si seguimos este camino de desorden la gente no lo va a tener en cuenta.

 

-En ese chat, que nadie desmiente , Gerardo Morales blanquea, que hay que investigar la causa del Correo y que Mauricio Macri se benefició con la toma de deuda, ¿qué debería hacer el partido con esta denuncia?

-Quien hace la denuncia pública tiene que avanzar con pruebas de lo judicial. Segundo, si hay algo que me molesta como político local es andar defendiendo sospechas de corrupción o de lo que fuere, sea del color político que sea. Si tiene que rendir cuentas a la Justicia lo tiene que hacer. Si hay un límite para mí, es ese. Si hay algo que tiene que pasar en este país, es que la Justicia sea independiente. Y que podamos estar todos tranquilos de que nadie dirige los destinos de la Justicia, ni un poder ni otro. Como político de la nueva camada, si hay algo que me tranquiliza, es que la Justicia actúe con total libertad. Me parece que todos los casos de corrupción deben ser investigados hasta las últimas consecuencias. 

 

-¿No llegó el momento en que el radicalismo debería empezar a encabezar las fórmulas de Juntos? 

-El partido del cual soy parte, en el 2015 tenía una realidad y hoy tiene otra. El acuerdo en 2015 entre el PRO y el UCR benefició a la UCR, porque le volvió a dar los lugares protagónicos en muchos municipios. Pero, en definitiva, ambos sectores tuvieron que debatir internamente si ese acuerdo servía o no. No es que un sector dio más que otro. El radicalismo también tenía un federalismo que el PRO no tenía. Yo creo que es una discusión que ya no nos hace bien a Juntos. Me parece acá que cada partido tiene que esmerarse por tener lo mejor para el frente. Y el radicalismo, particularmente, lo que tiene que hacer es invertir en sus cuadros políticos. En esto insisto porque me tocó vivirlo internamente. Tenemos muchísimos cuadros emergentes, y muchos de ellos ya en la primera línea de partida para mostrar ante la comunidad. Sin embargo, el partido radical, tiene falencias en cómo acompaña esos cuadros políticos. No suele acompañarlos como corresponde, ni invertir como corresponde. Un claro ejemplo es la provincia de Buenos Aires. El radicalismo tiene de ejemplo que en la Provincia hay grandes intendentes en los que podría invertir tiempo, dinero, invertir la estructura partidaria, la militancia. Sin embargo, yo no veo a mi partido mostrar orgullosamente a estos intendentes al resto de la sociedad, y sí después tenemos que terminar teniendo legisladores u otros políticos que vienen de Capital Federal u otros lugares, a ser candidatos de la Provincia de Buenos Aires. Me parece que ahí está faltando mucho más inversión. Tenemos que salir de la antigüedad que nos rodea. La única clave es trabajar. Militar. El partido radical tiene mucho para mostrar, en tanto y en cuanto no se cruce de brazos y deje que todo lo hagan los demás por alguna conveniencia que tengan algún que otro dirigente.

 

-¿Sentís que tiene alguna desventaja respecto a los socios PRO que parecieran estar muy apurados en plantar nombres y candidaturas?

-Puede haber cierta desventaja en cuanto a los tiempos que corren hoy, pero yo confío mucho en los cuadros radicales. En la Provincia de Buenos Aires por ahí es más complejo tener a alguien consolidado. Pero para el resto del país tenemos cuadros interesantísimos desde el punto de vista nacional, que pueden ser competitivos. Hablo del caso de Gerardo Morales, Martín Lousteau, Facundo Manes. Me parece que ya no es lo mismo el radicalismo del 2015, 2017 y 2019 inclusive. Hay que seguir potenciando esos cuadros. 

 

“Me gustaría que al Concejo se lo escuche más”