Los últimos días de marzo y los primeros de abril son particularmente sensibles para la memoria colectiva de la historia contemporánea en la Argentina. Además, este año en particular, se celebra el 40 aniversario del final de la última dictadura y el inicio de la recuperación democrática. También el 31 de marzo se cumplieron 14 años de la muerte de Raúl Alfonsín.
La semana pasada el Concejo Deliberante decidió aceptar la renuncia de la concejal de Cambiemos Silvia Gorosito, quien el mismo 24 de marzo último mostró en sus redes sociales imágenes de los vuelos de la muerte con la leyenda "feliz día de los montoneros". Luego pidió disculpas, pero oscureció aclarando su posición a favor de la teoría de los "dos demonios". Finalmente renunció, aunque hasta el propio Víctor Aiola, en privado, había pedido que la expulsaran del HCD. Los concejales oficialistas no quisieron pagar el costo político. La Comisión Provincial por la Memoria denunció penalmente a Gorosito.
Mientras tanto, al mismo tiempo, la periodista Rita Aluise, entrevista a la exconcejal radical Norma Gil, "con motivo de una nueva celebración del Golpe de Estado para saber cuál había sido su mirada aquel 24 de marzo de 1976", pregunta Aluise y de inmediato Gil se despacha diciendo "que ella vivió esos días con mucha esperanza" e incluso agrega que "junto a un grupo de amigos estábamos en un cumpleaños y aprovechamos para festejar".
El mural de Alfonsín
El acto protocolar para la presentación del mural con la histórica imagen de campaña de Raúl Alfonsín, realizado el dia viernes en el Pasaje Rodriguez, encargado por "las mujeres radicales", fue una oportunidad única para rendir el mejor homenaje a quien fuera, sin dudas, un luchador frente a la dictadura genocida y luego siendo presidente asumió el compromiso de llegar hasta donde pudo con el castigo a los represores. Se esperaba algún comentario respecto al posteo de Gorosito o los dichos de Norma Gil de parte de quienes hicieron uso de la palabra. Se supone que el legado debería estar sostenido por la consistencia de las conductas cotidianas. Raúl Alfonsín jamás abonó la teoría de los dos demonios. Siempre creyó necesario e imprescindible para la recuperación democrática, juzgar al terrorismo de estado. Llegó mucho más lejos de lo que se podía imaginar entonces, al momento en que impulsó el juicio a las Juntas Militares. Además, en el año 1976, en los tiempos del plomo y de la muerte, lejos de “festejar", usaba su matrícula de abogado para presentar habeas corpus reclamando por la libertad de quienes eran secuestrados por la dictadura genocida.
Incomodidad política
Los dolorosos recuerdos del último golpe de Estado, los 40 años de la recuperación democrática y el aniversario 14 de la muerte de Raúl Alfonsín, pueden ser fechas incómodas para un año electoral. Algo de esto ocurre en el oficialismo local, que mientras espera la definición del intendente radical para saber si irá o no por un tercer mandato, abre la nómina de candidatos a sucederlo. El presidente del HCD, Lisandro Herrera, y el titular del bloque de Cambiemos, Alejo Pérez, ya están en la grilla y son parte de los nombres que se miden en encuestas para saber cuánto pesa cada uno. Desde el 2021 a la fecha, el Concejo Deliberante ha recuperado vitalidad como órgano de debate público y parte de la campaña se juega en ese lugar. Por eso, ni Herrera ni Pérez, quisieron pagar el costo político de expulsar a Gorosito. Por eso, mutis por el foro de las espeluznantes declaraciones de la ex concejal Norma Gil. Por eso también, el apuro para dar como finalizado el trabajo de la Comisión que investiga hechos de corrupción en el Gobierno local y que pone la lupa en la transparencia de la administración publica municipal.
“Será justicia”
En los días en que el fiscal Luciani, habitué jugador de fútbol en la quinta de Mauricio Macri, leyó el pedido de condena para Cristina Kirchner, el bloque de concejales de Juntos, participó de una sesión publica con un cartel en cada una de sus bancas, que decía "será justicia". En las últimas semanas, los mismos concejales han tenido que ocuparse de revisar documentación de su propio Gobierno, que muestran sobradas evidencias de hechos de corrupción en la actual administración municipal. Todos los integrantes del bloque saben que eso y mucho más, es parte de la viña del señor. En público hacen lo imposible por disimularlo, en privado reconocen, y hasta en algunos casos son testigos, de actos reñidos con la ética publica de la que hablaba Raúl Alfonsín. No se puede tapar el sol con las manos, por más que nos escandalicen los índices de pobreza. A esto último se refirió el exdiputado radical Julio Ginzón, de espaldas al mural inaugurado el viernes 31 y frente a un centenar de presentes entre los que estaban el actual senador multimillonario Agustín Máspoli, que cobra en La Plata y vive en Chacabuco.
De qué lado están
En breve se definirán las pretensiones de los espacios políticos que conforman los distintos frentes electorales. Está claro que la UCR busca mantener vivo el recuerdo del último dirigente radical que entusiasmó a los argentinos con la posibilidad de construir un destino mejor. Esa excelente intervención artística lograda en el mural del paredón de la Comisaría, que fue centro clandestino de detención, debería ser como una brújula en tiempos donde se define de qué lado estar.
Poco antes de su partida, el mismo expresidente, les advirtió a los radicales que el límite de la UCR debería ser cualquier posibilidad de alianza con Mauricio Macri y los intereses que él representa. También gobernó y vivió dando ejemplos de austeridad, de ética pública y convicción republicana. Dicen que una imagen puede más que mil palabras. Tal vez sea cierto. Pero lo que no puede hacer una imagen, por más grande y emotiva que pueda resultar, es ocultar los hechos tal como se deciden y ocurren en la realidad.