-¿Qué cambió en estas semanas de definiciones y en qué posición está el Comité Alem?
-Me parece que no cambió nada para el bien de la organización radical. Hay que ser un poco crítico, por la parte que me toca como presidente del partido. Cuando el Intendente manifestó su inclinación por otro precandidato, originó una convulsión interna. Hay cuatro candidatos radicales, y como parte de una mesa que se había logrado en consenso, me parecía prudente y ético tomar un tiempo de licencia, hasta que se aclaren algunas cuestiones. Si no caíamos en lo que en muchos años ha pasado en el Comité, era una cuestión de bastiones, a ver quién tiraba más de la cuerda, y te quedabas amotinado en tu lugar de resistencia. Había que tener un momento de objetividad. Por el bien de todos consideré la licencia, y me llamé a silencio hasta que se despejaran algunas dudas. La resultante de esto fue seguir adelante con mi precandidatura, tener conversaciones porque ese es el camino, y así he aprendido, y redefinir el rol que iba a tomar a partir de ese momento. Uno de ellos, fue desvincularme de la fracción política del Intendente Aiola. Se lo dije personalmente, para mí era un final de ciclo, y su inclinación por uno de los candidatos precipitó las cosas en cuanto a nuestra relación política. Somos dos hombres de la Unión Cívica Radical, cada uno con su responsabilidad, y entiendo que el radicalismo tiene que seguir manteniendo la alternativa de Gobierno a presentar a la comunidad.
-Entonces tu candidatura sigue en pie…
-Sí, son las últimas horas. El sábado tenemos el cierre de listas y estamos hablando entre los sectores, tratando de tener un diálogo. Yo tengo diálogo con todos. Nuestra posición no cambió respecto a la necesidad de unidad. Hoy hay otros obstáculos que sortear, que tiene que ver con las estructuras partidarias. Entiendo que los radicales estamos envueltos en una interna más PRO que nuestra. No hicimos lo suficiente para llegar a está instancia más consolidados. Después de un tiempo de compartir una coalición de gobierno y sostenerla, nos tocaba contribuir a la oferta electoral.
-Cuando Víctor AIola no había declinado aún la posibilidad de ser candidato y anticipó su inclinación por otro precandidato, ¿se puede pensar en consensos?
-Cuando se da está situación, se rompe con una forma de congeniar, hacer y producir política en ese sector oficialista radical, que considero que se tendría que haber respetado hasta está instancia. Era el partido más difícil que teníamos que jugar después de años de liderazgo del Intendente, está transición había que discutirla en otros términos. Sin embargo esa instancia no se dio, por eso es el final de un ciclo. Te preguntas si querés seguir perteneciendo a una forma de hacer las cosas. No todo empieza y termina en una candidatura. Hay una trayectoria, una formación política y una militancia, y hay que responder. Hay cosas que uno haría desde las vísceras pero uno tiene una forma de accionar donde se piensa primero en el partido.
-¿Cuánto los puede perjudicar como partido ir fraccionados?, ¿la suma de las partes son exactas?
-La unidad es fundamental en estos tiempos. Cuando no se da por mezquindades, resta.
-Si no te toca ser candidato, ¿qué vas a hacer?
-No. Hoy soy precandidato aunque no tenga el apoyo del Intendente. Estuve charlando con Víctor AIola y Alejo Pérez, todos te vienen hablar por lo bajo, yo planteé la lista de unidad de nuevo pero se especula con las candidaturas nacionales. Yo vengo del diálogo, sigo buscando el consenso con otros espacios. Por ahora, estamos en un cuarto intermedio.
-Desde una posición dominante como la de Aiola no puede plantear la unidad, después de definir cuál es su candidato…
-Por eso creo que no estuvieron bien las formas. Todo fue una gran confusión. Claramente rompe con una tradición de diálogo y consenso. Complicó las cosas.
-Alejo Pérez es concejal y le quedan dos años, tu mandato se termina, ¿pensaste en encabezar la lista de concejales?
-No voy a ser candidato a concejal. El Concejo tiene un valor muy importante para mí, pero hasta acá llegó mi trabajo. No tengo más que ofrecer en ese lugar. No es un factor de negociación. Agradezco los ofrecimientos pero no.
-¿Cómo está la cuenta corriente del partido?
-Venimos de tiempos complicados. Sé que para solventar una campaña en estos tiempos seguramente esos fondos no sean suficientes. Nosotros como concejales y los funcionarios también, aportamos. Sé que para encarar una campaña son necesarios muchos recursos privados, propios.
-¿Qué evaluación hacés del rol que ha tenido el Comité Alem?
-Ni en mis tiempos ni en otros tiempos el partido ha tenido el rol que hubiese querido. Asumo esa autocrítica, esa responsabilidad. Tiene que ver con las actitudes de los dirigentes, con la firmeza que se tenga, y con la legitimidad de la conducción, que cuando resulta de una contienda, debe ser más activa y precisa. Cuando fuimos demasiado oficialistas, fallamos. Se peca de silencio. Para los radicales es necesario el debate.
-¿Se puede confiar en el abrazo del Intendente?
-Es una pregunta para el Intendente. Creo que no pasa por ahí. Entiendo que tal vez el Intendente no estuvo bien en demorar los tiempos. Las cosas no se dan como yo quisiera, soy de la formación grupal, pero el aiolismo tenía una conducta para las instancias electorales. Eso esta vez no se dio. De todas maneras, estoy de acuerdo con la frase del General, no hay nada mejor que alguien del mismo partido.
-¿Creés que todas las partes van a acompañar al candidato definitivo?
-Entiendo que sí. No todas las personas, eso es tarea del dirigente. Hay que hacerse cargo de lo que construímos y de lo que destruímos.