-¿Cómo interpretás los últimos movimientos internos que hubo dentro de Juntos a partir de las declaraciones de Elisa Carrió y la respuesta de Gerardo Morales que pareciera que aprovechó para pegar durísimo en términos de la interna que se ve venir entre el radicalismo y los referentes del PRO?
-Primero, que salió de un trascendido de un chat, y habría que ver si es verdad ese chat que salió a la luz. Más allá de eso, lo que yo creo es que Carrió es parte de Juntos por el Cambio y me parece que esos planteos deben ser privados y no deberían trascender de manera pública. Son discusiones que tienen que quedar puertas adentro del espacio. Evidentemente hay tensiones en Juntos que tienen que ver con decisiones a corto plazo.
-La actitud de Carrió está en línea con lo que normalmente suele hacer, en algún momento de cada proceso político dispara munición pesada. Pero Morales, que es el presidente del radicalismo, con todas las letras dijo que la causa del Correo hay que investigarla, y que hay gente vinculada al gobierno de entonces que se benefició con la toma de crédito al Fondo Monetario y con la fuga de divisas. Por eso pareciera que va un poco más allá de una pelea doméstica...
-Si es así, lo dijo y tiene simplemente la sospecha o una información, lo tiene que denunciar, no hay excusas para eso. También puede actuar la Justicia de oficio y plantearlo. Pero tendrá que ratificar lo que está planteando. No hay grises en eso. Si tiene alguna cuestión que plantear lo tiene que denunciar. Repito, no sé si ese chat lo reconocieron, si es así tiene que denunciarlo...
-Algún intendente del espacio Juntos planteó la posibilidad de ir con fórmulas cruzadas, que el presidente del radicalismo en la provincia acompañe en la fórmula a Diego Santilli. En muchas oportunidades, varios dirigentes, y en particular Freddy Storani, marcaron esto de no funcionar con el radicalismo como furgón de cola de Juntos, y pareciera que sí están pensando en un esquema como el de Abad acompañando un candidato del PRO que es casi reeditar el 2015, ¿cuál es tu opinión?
-Lo que tiene que estar haciendo el radicalismo ahora es generar un plan de Gobierno, independientemente del candidato. Pero obviamente, en la medida en que vaya pasando el tiempo y se aproxime el cierre de lista, debemos dejar en claro que el radicalismo tiene que encabezar. Dependerá de la aparición de candidatos y de personas que se identifiquen con ese plan de Gobierno.
-¿Vos creés que el radicalismo no está en condiciones hoy de llegar con candidatos propios más allá del destino de una PASO?
-No. Tiene que estar el plan de Gobierno por encima. Ya estamos en un país bastante conflictuado y el año que viene va a ser aún más. Después, el candidato de alguna manera se tendrá que amoldar a lo que se tenga que hacer en la Argentina. Ahí será el momento de elegir al que mejor representa ese proyecto y también, por supuesto, al que más posibilidades de ganar una elección tenga. Yo creo que uno quiere y debe ganar las elecciones para gobernar y tomar decisiones y no ganar las elecciones por ganarlas. Entonces, lo que hay que tener bien en claro es qué se va a hacer a partir del 2023 y que la gente elija.
-¿Por qué creés que desde Juntos se hace un diagnóstico de lo que cualquier vecino ya sabe, incluso se habla de los mismos problemas estructurales que se describían en el 2015, que no resolvieron cuando fueron gobierno y además ahora tampoco se sabe de propuestas concretas?
-Es difícil decir por qué. Yo creo que se está trabajando en silencio en ese sentido. Asumo que Manes lo está trabajando en el radicalismo y tal vez consideran que no es el momento de hacerlo ahora.
También es cierto que es un momento del país en el que está todo bastante atado con alambre y por ahí no suma a la institucionalidad. A partir de ahora es el tiempo de empezar a tirar las propuestas y avanzar. No te puedo decir cuál es la decisión y por qué no lo está haciendo, pero sí sé y entiendo que se están preparando para eso.
-Varias veces hemos hablado de la necesidad de que en Argentina existan políticas de Estado que se construyan entre oficialismo y oposición, ¿hay un acto de mezquindad en este momento de parte de
la oposición en no marcar cuál es la salida?
-Es difícil lograr políticas de Estado cuando los representantes del oficialismo no están de acuerdo entre ellos, cuando hay peleas entre quienes dirigen. El Presidente de la Nación, Massa, Cristina sobre todo. Es muy difícil tener interlocutores válidos y con quien acordar políticas de Estado. Hace poco estuvieron cambiando ministros de Economía y funcionarios. Veremos si con Massa encuentran una línea que a ellos los representen y con quien ser un interlocutor válido. Estoy convencido de que Massa no va a venir a hacer la reforma que hace falta en Argentina. Lo que está haciendo es tratar de mejorar su imagen y prepararse para el 2023.
La oposición tiene que estar para lograr esos acuerdos, por supuesto defendiendo esas banderas, pero es ultra necesario que existan esos acuerdos internos del oficialismo primero. Si en 2023 la gente elige a Juntos va a haber que sentarse a trabajar en acuerdos políticos y en políticas de Estado.
-También hacen falta acuerdos dentro de la oposición. Carrió ha salido a atacar directamente de “delincuente” a Rogelio Frigerio. Dentro de Juntos hay un alto nivel de conflictividad con acusaciones, donde la misma Carrió por un lado y Gerardo Morales por el otro, están diciendo a las claras que sus socios están involucrados con actos de corrupción...
-Carrió es obviamente parte fundadora de Cambiemos. No es todo Cambiemos, es una pata. Y como hizo siempre, tiene que denunciar lo que ella crea que se está haciendo mal. Lo hizo siempre. Tiene que haber un acuerdo en el oficialismo y un acuerdo en la posición para poder llegar a estas políticas.Es una falla de los dos espacios en este momento, sobre todo creo que la responsabilidad la tiene el oficialismo que es quien tiene la responsabilidad de gobernar ahora.
-¿Crees que definitivamente el gran perjudicado es el sistema político que está en la lupa de la gente?
-Creo que los más perjudicados son los argentinos. Mientras los políticos no resolvamos las cuestiones por lo menos básicas de la sociedad, colateralmente puede afectar nuestra imagen, pero lo que importa es el día a día y cómo vivimos los argentinos. Sigo creyendo que las cosas se resuelven con buena política y siempre fui crítico de algunas maneras de hacer política. Uno, desde lo mínimo que puede, intenta cambiar esas cosas y me parece que la gente está cansada. Por supuesto que la política trajo descreimiento, la gente tiene descreimiento porque no resolvemos cosas. Seguiremos desde los lugares en que estamos para tratar de solucionarlos.
-¿Cuándo llega el momento del gran renunciamiento de los privilegios de la política por parte de los políticos?
-Una parte de lo que tiene que pasar en Argentina, es hacer más eficiente el Estado. Cuando el Estado sea más eficiente, los privilegios se van a reducir. Me parece que es muchísimo más amplio que los privilegios de algunos políticos, porque también hay quienes dejan mucho en la vida política. Para que eso suceda, se tiene que tomar un enfoque desde un Estado eficiente y que eso le va a volver a la sociedad con mayores beneficios.
-Y con el Estado más eficiente, ¿llegará algún día la ruptura de la estructura medular de la corrupción en el Estado?
-Eso pasa por tener políticos que no sean corruptos. Necesitamos terminar con la corrupción de la política. Creo que la eficiencia, el gasto y la inversión mucho más controlado y transparente, ayudaría definitivamente para ir en ese camino.
