La provincia de Buenos Aires vivió la sequía más grande desde que existen los registros y los productores sufrieron pérdidas millonarias, cuyas cifras exactas aún se desconocen.
Tras una larga agonía, el SMN anunció que La Niña transcurre sus últimas horas. En su tercer año consecutivo, este fenómeno causó graves daños en las economías productivas.
Basándose en la publicación de la Nathional Oceanic and Atmopheric Administration, perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, el Servicio Meteorológico Nacional brindó una confirmación que despertó expectativa en los productores de la provincia. Al generar que la atmósfera se acople a las variaciones que causa en el océano, “La Niña” trajo consigo corrientes de agua más fría, lo que significó vientos y cambios en la presión debido al enfriamiento, que tuvo como resultado una alarmante falta de lluvias dentro de la región durante los meses cálidos.
Pese a que “La Niña” se marcha, al menos por un tiempo, el SMN remarcó que “en Argentina todavía no vamos a ver muchas variaciones en las precipitaciones” debido a que, a pesar del cambio de temperatura en el océano, “la atmósfera todavía se mantiene con una circulación acorde a la de La Niña”. Según la Organización Meteorológica Mundial, Argentina atravesó el fenómeno más largo en muchos años. Es la primera vez en el siglo que ocurrió tres veces de manera consecutiva y se vio reflejado en las problemáticas que causó.
Las declaraciones de emergencia en los municipios de la Provincia, las diversas líneas de asistencia directa impulsadas por el ministerio de Desarrollo Agrario y la voluntad por colaborar que se extendió a nivel nacional, quedó a mitad de camino ante la inédita crisis hídrica. De a poco, los sectores productivos comienzan a delinear los meses venideros, con el fin de recuperar, aunque sea, un porcentaje de lo perdido durante estos meses.