Una famosa billetera virtual anunció que adolescentes entre 13 y 17 años podrán -por primera vez- invertir en un Fondo Común de Inversión (FCI) que ofrece la plataforma digital.
Aunque, a priori, la medida puede convocar a ese sector social, lo cierto es que esos números están lejos de empardar la inflación y es poco lo que se sabe sobre la información que la empresa tiene a disposición de sus usuarios, del modo en que esquiva las regulaciones del Estado y de las comisiones que cobra a vendedores y usuarios de todo tipo.
Consultado por Cuatro Palabras, el Cr. Julián Ramundo aseguró que “hace falta educación financiera, pero no sofisticada, puede ser respecto al dinero virtual, las criptomonedas, o cualquier cosa que pretenda reemplazar al dinero”, ya que “esa falta de cultura financiera nos impide tomar decisiones sobre aspectos básicos de la vida que tienen que ver con el manejo de los recursos, qué hago con el dinero que tengo, o cómo lo genero, combinado con una variable muy importante que es el tiempo. Es algo básico, y no está tan difundido en la sociedad”.
Para el contador y exfuncionario, las billeteras virtuales “lo único que hacen es acompañar la ola de virtualidad que ya es parte de nosotros, y lo que van a permitir es que se le dé otro sentido al manejo del dinero, del tiempo, a la inversión y al ahorro”. “El hecho de convivir con la tecnología, la inteligencia artificial, pueda ir generando otra conciencia, no sé si la educación que queremos generar, pero sí conciencia del dinero, del ahorro, de la inversión y la planificación”, aseguró.
La plataforma Mercado Pago cuenta con 1,2 millones de chicos que tienen cuenta en la plataforma y para el uso de la misma pide autorización de un padre, madre o tutor legal.
Una ordenanza más
En febrero, los representantes del Concejo Deliberante de Chacabuco, sancionaron un proyecto que disponía de la creación de un programa de educación financiera destinado a alumnos de quinto y sexto año de escuelas secundarias con contenidos vinculados a sistema financiero; organización y planificación; inversiones; herramientas para identificar ingresos, gastos, deudas y préstamos; apertura de cuentas bancarias, solicitud de créditos, plazo fijo, entre otras cuestiones. Como tantos otras ordenanzas, minutas de comunicación, y pedidos de informe, aguardan la reglamentación y puesta en marcha por parte del Gobierno.