El estándar del doble discurso de la política se instala en la previa del proceso electoral que otra vez parece caminar a contramano de la realidad de los vecinos de a pie. Mientras el Frente Juntos fogonea deliberadamente la posibilidad de una crisis institucional que pueda derivar en un vaciamiento de poder con el llamado a elecciones anticipadas, funcionarios del Gobierno local junto a dirigentes y militantes del peronismo de Chacabuco sobreactúan gestos de acción común para promover políticas públicas.
Ayer se firmó el acuerdo para que la Universidad de La Plata avance con el proyecto de pavimentación de la avenida Juan Perón y otra vez Víctor Aiola y Tomás Domínguez, insistieron en poner en valor el “trabajo mancomunado de la dirigencia”. El estándar del doble discurso viene acompañado de la misma actitud a la hora de analizar la realidad que atraviesa el país. Mientras los dirigentes locales de la alianza macrista-radical no paran de utilizar el problema inflacionario como chivo expiatorio de las respuestas que escasean y los salarios que se derriten, aún con temperaturas bajo cero, algunos sectores del Frente de Todos se largan a correr teros en patas.
La pregunta que por estos días sobrevuela los principales despachos de todos y todas las caras visibles del Gobierno nacional, es ¿dónde se va a ajustar para cumplir las metas fiscales?. No hay muchas respuestas. O se ajusta en la ayuda social o se ajusta en la obra pública. En el ministerio que con buen criterio maneja Gabriel Katopodis, todos sostienen que las obras en ejecución no deben detenerse, pero los proyectos nuevos deberán esperar momentos de bonanzas. No sería bueno repetir historias de anuncios grandilocuentes y obras frustradas o que debió pasar mucho tiempo para su finalización.