La Marcha Mundial contra Bayer-Monsanto y Syngenta se desarrolló este sábado frente al Congreso Nacional y en distintas ciudades del país en rechazo al modelo agroindustrial, los transgénicos y el uso de agrotóxicos. En Chacabuco, un grupo de activistas vienen trabajando desde hace más de un año, para organizar y agrupar los reclamos e impulsar propuestas en la ciudad, para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Participan vecinos independientes, militantes de distintos espacios y con distintas ideologías, “pero con el objetivo común de defender el ambiente, porque no hay planeta B”, aseguraron a este medio.
Uno de los conflictos ambientales más importante de estas décadas y de esta geografía, es el modelo agroindustrial. “Los grupos ecologistas, lo que decimos -y está comprobado por científicos y universidades nacionales que llevan adelante distintos estudios- es que hay glifosato en humanos, en leche de vaca, en leche materna, en organismos vivos. Nos están envenenando, contraponen su salud humana por sus ganancias”, señalaron desde la organización e insistieron en que “esto no abarca solo Bayer-Monsanto, sino a COFCO, Don Mario, y todas las empresas semilleras agroquímicas instaladas en la zona”.
Desde la Asamblea trabajan en dos ejes con fuerte impacto en Chacabuco: los basurales a cielo abierto, y las fumigaciones en cercanía de viviendas y escuelas. “Ya hemos tenido reuniones con recicladores, visitamos la planta de reciclados, donde los recicladores nos explicaban que de la basura se puede producir mucho y generar puestos de trabajo, con inversión y control se puede avanzar, y estamos trabajando en una ordenanza que prohíba las fumigaciones en cercanías de centros urbanos, porque acá en Chacabuco termina un barrio, cruzás la calle y se está fumigando, alguien tiene que defender la salud de esos vecinos”, aseguraron.
Respecto a la ordenanza que impulsó el Gobierno Municipal con el aval de ingenieros agrónomos, referentes del agronegocio y de un tipo de agricultura que arrasa con la salud del suelo y atenta contra la vida humana, indicaron que “Hay que ver quién trabaja la ordenanza y qué intereses defiende, si la desarrollan ingenieros agrónomos asociados con empresas agroquímicas, el propio Estado municipal que está volcado a garantizar esas ganancias, las palabras van a sonar muy bien, pero en los hechos hablamos de más impacto ambiental y no se garantiza ningún derecho para la población”.
Para el grupo de ambientalistas local, “es importante que haya cada vez más vecinos alerta y que denuncian las aplicaciones”, además de “las distintas acciones que generan conciencia, porque sin esa lucha, no hay a quién recurrir”.
Además pusieron como ejemplo ciudades de la provincia de Buenos Aires, como Pergamino, Lobos, Trenque Lauquen, Guaminí, Exaltación de la Cruz, entre otras, donde los grupos ambientalistas lograron que se alejen las aplicaciones de los centros urbanos e incluso “se encarcele a los responsables de aplicar en zonas no permitidas”.
Respecto a otra cuestión clave, vinculada a la salubridad del agua de red, se refierieron a la importancia de avanzar en estudios toxicológicos seguros, con trabajadores de la ciencia digna y universidades nacionales, ya que “se hicieron hace algunos años pero es importante quién los hizo, porque según esos resultados no hay ningún tipo de químico tóxico, y eso es muy dudoso”. “Lo mismo sucede con el gobierno que puso a un exCEO de Syngenta como asesor, ¿qué interesas va a defender?”, cerraron.