“Vamos a seguir yendo casa por casa”
La docente y candidata a concejal de Unión por la Patria, Julieta Pederzoli, analiza los resultados de las PASO, las tensiones con el electorado propio y asegura que el peronismo “está en deuda con los trabajadores” aunque considera que “fueron épocas de muchas tensiones desde la política macro y quien se levanta a las seis de la mañana no se va a poner a pensar en eso”. “Nuestro trabajo es ir casa por casa, es una situación difícil, pero si alguien puede revertirla es el peronismo, siempre. El que está del lado de los trabajadores y los más débiles. Los empresarios, el liberalismo nunca lo van a hacer”, explica en diálogo con Frecuencia Electoral (FM Radio Ultra 98.9).
-Con el resultado post PASO se debe pensar en el electorado propio, ¿qué pasó con los jóvenes?
-Con respecto a los y las jóvenes de hoy, nacieron post crisis del año 2001, y muchos durante el gobierno de Néstor, con un montón de derechos que se fueron naturalizando.
Los centros de estudiantes volvieron a las escuelas secundarias gracias a Néstor, y el Día del estudiante secundario, se institucionalizó, porque se había dejado al libre albedrío que eso exista o no. Muchos no lo sabían.
Esta es la semana de la Educación Sexual Integral, que fue en 2006, y cuando uno se pone a pensar en esas políticas y conquistas de derechos, siempre fueron durante un cierto proceso que es posterior a su nacimiento, y parece que siempre vinieron con Argentina.
El desafío es que esperan mucho más y hay que darle la vuelta a eso. Hay que pensar qué más estamos en condiciones de dar, y también conciliando con la sociedad, porque también nos pasa que uno tiene que gestionar y gobernar con acuerdos, la ley ESI está en vigencia hace más de quince años y nos cuesta, incluso con docentes. Ni hablar de matrimonio igualitario, de la Ley de Identidad de Género y que los centros de estudiantes tengan el sentido que tienen que tener dentro de la escuela. Y nosotros, parece que no, pero estamos discutiendo dentro de la Escuela si debe ser gratuita o no.
-¿Cuál es el desafío?
El gran desafío que tenemos es revertir esto, o apostar a mucho más. Creo que parte de lo que está pasando es que el 60% de la población elige una opción violenta o coercitiva de un montón de derechos, y en algún punto tiene que ver con el enojo. La batalla tiene que ser cultural.
-¿Qué responsabilidades le cabe a los políticos por la elección de ese 60% del electorado?
-Estos años podríamos haber sido mucho mejores, pero no voy a dejar de insistir con que tuvimos dos años de pandemia, y quedamos atados a un endeudamiento en el que no estuvimos de acuerdo. No fuimos parte de ese endeudamiento. La política es compleja, y hay que entender que quienes toman deuda no la pagan, sino lo hacen los gobiernos subsiguientes con todo lo que eso implica. De todos modos, podríamos haber sido mejores. También hay un resentimiento de cierta parte de la sociedad a ciertas medidas revolucionarias que se tomaron desde el kirchnerismo y también hay otros que esperan mucho de nosotros.
-¿En qué cosas se ve reflejado?
Tengo conocidos que tienen su casa porque el terreno se los dio el peronismo, porque pudieron construir con créditos Procrear accesibles, que los bancos no ofrecen ni para cambiar el auto, hijos o hijas estudiando en casas de estudiantes, y sin embargo no fueron a votar.
Esa persona no sé hasta qué punto puede sostener que está desilusionada de la política, o que el Estado no le dio respuesta, sino que está esperando aún más respuesta. Y a veces hay un tope, veníamos de menos cien.
Cuando Cristina pierde en 2015, la discusión era el impuesto a las ganancias, porque los trabajadores habían recuperado su poder adquisitivo, y entonces esa era la discusión. Las posibilidades del crecimiento tienen límites, porque también hay muchas tensiones. Hay quienes se resisten a los cambios, y las resistencias son cada vez más fuertes. Tuvimos la discusión sobre la ley de medios que pagamos carísimo, la discusión sobre las retenciones, que costó la imagen del kirchnerismo. Amado Boudou que recuperó las jubilaciones estuvo preso y Cristina hoy está proscripta. Hemos intentado hacer muchas cosas, pero nos han ido coartando por muchos lugares. Hemos tenido que ser conciliadores y mediadores, pero no da los mismos resultados. Los medios nacionales y los grupos de poder real juegan fuerte. Lo hemos visto a lo largo de la historia.
Estamos en deuda con los trabajadores, pero fueron épocas de muchas tensiones desde la política macro y quien se levanta a las seis de la mañana no se va a poner a pensar en eso.
-Darío Golía sacó casi mil quinientos votos más que Massa y Grabois, ¿cómo se consigue el acompañamiento de ese sector del electorado que apuesta por el proyecto político de Golía pero no lo hizo por el Gobierno nacional?
-Tenemos que seguir trabajando. Tuvimos una reunión durante la semana para reflexionar y pensar los resultados. Fue una cosa muy rara juntarnos a celebrar en el PJ la victoria local, pero fueron cinco minutos de alegría y cuando empezamos a ver los resultados a nivel nacional, Darío nos decía que tiene que ser cara a cara con cada vecino, explicándole dónde estamos parados.
Una vez con un grupo de Jóvenes y Memoria, hicimos una investigación porque decían que la problemática que teníamos que trabajar era la seguridad en Chacabuco. A mí me hacía ruido, al margen de que hay muchos casos de inseguridad, no es la problemática. Cuando empezamos a trabajar, no existía esa tal inseguridad real, sino que era una cuestión instalada desde los medios nacionales, que los pobladores de Chacabuco consumían y se sentían parte de esa inseguridad. Hicimos un trabajo de reflexión.
Nuestro trabajo es ir casa por casa, es una situación difícil, pero si alguien puede revertirla es el peronismo, siempre. El que está del lado de los trabajadores y los más débiles. Los empresarios, el liberalismo nunca lo van a hacer. Nosotros vamos por la positiva, por lo nuestro, a trabajar y defender lo que hemos hecho, lo que supimos hacer. Tenemos que lidiar con las distintas tensiones.