domingo. 22.12.2024
OPINIÓN

Vergüenza mundial

El viernes pasado, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, junto con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y cientos de parlamentarios canadienses, ovacionaron a un veterano nazi de la Segunda Guerra Mundial "que luchó por la independencia de Ucrania contra los rusos". El suceso sirvió sin embargo para poner más en claro aún que el Occidente imperial no tiene límites ni escrúpulos.

Por Gustavo Porfiri

OPINIÓN (11)
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Yaroslav Hunka, de 98 años, luchó en la Primera División Ucraniana, antes de emigrar más tarde a Canadá. Ese grupo también es conocido como la 14ª división de Granaderos Waffen-SS o División Galizien de las SS. Fue una unidad militar dentro del cuerpo de élite de la Alemania nazi, las Waffen-SS, dirigidas por Heinrich Himmler. Creada el 28 de abril de 1943, luego de la ocupación de Ucrania, estuvo formada por más de 80 mil colaboradores nazis, en su mayoría de la región ucraniana de Galitzia. Durante la Segunda Guerra Mundial, las filas de esta división realizaban tareas de fuerza policial, combate a los partisanos e intimidación de la población. En cumplimiento de esas nobles tareas, cometieron numerosas atrocidades contra civiles en el territorio de la Unión Soviética y Polonia. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la totalidad de sobrevivientes de la División Galizien quedaron excluidos de la orden de deportación a la URSS, instalándose la mayoría de estos veteranos en Canadá y EE. UU., a partir de 1946. Hoy en día, el emblema de la división, que representa un león y tres coronas amarillas sobre un telón azul, forma parte de la simbología del orgullo nacional y resistencia de Ucrania. Una prueba más de la genética nazi del régimen de Kiev.

 

Este 22 de septiembre, Hunka fue invitado especial durante la comparecencia de Zelenski ante el Parlamento canadiense para tratar de reforzar el apoyo de Occidente a Kiev, en medio de las crecientes tensiones entre el Gobierno ucraniano y sus aliados europeos. "Tenemos aquí hoy en la Cámara de los Comunes a un veterano de guerra ucraniano-canadiense de la Segunda Guerra Mundial que luchó por la independencia de Ucrania contra los rusos y continúa apoyando la verdad hoy en día", fueron las palabras del presidente de la Cámara, Anthony Rota, cuando prsentó al casi centenario nazi para ser aplaudido por aproximadente un minuto por los legisladores presentes. "Es un héroe ucraniano, un héroe canadiense y le agradecemos por todo el servicio", resaltó Rota.

Lluvia de críticas

El suceso desató una oleada de críticas, tanto en el país como en el extranjero. El líder de la oposición canadiense, Pierre Poilievre, señaló que el primer ministro también debía "disculparse personalmente" por no investigar el pasado de Hunka, lo que derivó en "un terrible error de juicio". Este lunes, el embajador ruso en Canadá, Oleg Stepánov, anunció que Rusia exigirá explicaciones por el incidente. Varias organizaciones de derechos humanos y asistencia social también han denunciado el hecho. "El Parlamento debe una disculpa a todos los canadienses por este ultraje, y una explicación detallada de cómo es posible que esto haya tenido lugar en el centro de la democracia canadiense", declaró Michael Mostyn, director general de B'nai Brith, una de las organizaciones judías más antiguas. Por su parte, la comunidad judía Amigos del Centro Simon Wiesenthal de Estudios sobre el Holocausto afirmó en un comunicado que "el hecho de que un veterano que sirvió en una unidad militar nazi fuera invitado y ovacionado en el Parlamento es escandaloso".

Excusas de ocasión

A raíz de estas manifestaciones críticas, el presidente de la Cámara de los Comunes de Canadá aseguró que lamentaba haber invitado a Hunka, luego de conocer "más información" sobre su figura. "En particular, quiero presentar mis más sinceras disculpas a las comunidades judías de Canadá y de todo el mundo", indicó en un comunicado Anthony Rota. "Acepto la plena responsabilidad de mis actos", agregó. Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aseguró este lunes que estaba decepcionado por el homenaje… al cual él mismo asistió. 

Ya sabemos que la fe de erratas o las disculpas de este estilo nunca alcanzan para salvar el daño que la situación original ha causado. Tampoco fue “error” o falta de información; esas excusas son una afrenta a la inteligencia humana. Como lo expresara el embajador ruso en Ottawa, el actual Gabinete de Trudeau es "esencialmente el epítome del fascismo neoliberal" con el que "no se puede hacer ningún negocio". Mientras tanto, Canadá, según el diplomático, se ha convertido en "un nido de criminales nazis". 

Afortunadamente, este lunes el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, puso las cosas donde van. "Estos crímenes nazis no tienen fecha de caducidad ni prescripción. Este tipo de descuido de la memoria es indignante", declaró el funcionario a la prensa.

Según el vocero, en Occidente ha crecido una generación que ha olvidado las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, razón por la que existe el riesgo de que el fascismo reaparezca en el mundo. "No saben nada de la amenaza del fascismo. Esto puede provocar que el fascismo aparezca aquí o allá. Y ahora  prácticamente lo estamos viendo intentando ponerse en pie en el centro de Europa, en Ucrania. Esto es contra lo que estamos luchando", señaló Peskov. Estas palabras nos deberían servir de materia prima para elaborar algunas reflexiones de lo que también está sucediendo en nuestras pampas. No olvidemos a legisladores argentinos agitando la bandera ucraniana y pidiendo que Zelenski hable en nuestro Congreso. No ha pasado tanto de eso.

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