Los argentinos estamos viviendo una de las mayores crisis políticas y económicas que podamos recordar. Mientras tenemos un país en el que para producir y/o comercializar no alcanza con hacer bien el trabajo, sino que dependemos de las resoluciones intempestivas y reaccionarias de un gobierno que no tiene rumbo, que no tiene plan, que no puede encauzar la economía.
Argentina hoy:
- No puede asegurar el abastecimiento de gas oil.
- El valor del dólar es incierto,mientras el Gobierno trata de controlarlo con medidas que producen efectos contrarios al deseado.
- Restringe importaciones y le quita rentabilidad al exportador, vía retenciones.
- La inflación nos empobrece día a día a todos, pero más aún a los que menos tienen.
- Nuestros jóvenes no reciben la educación necesaria y gran parte de ellos anhelan irse del país.
- Los impuestos que se pagan no vuelven en servicios de calidad.
- Los ministros de seguridad de Nación y Provincia no dialogan entre ellos.
- Muchos emprendedores quiebran, trabajando.
Y mientras todo esto ocurre en nuestro país, los Fernández hacen reclamos por el uso de la lapicera. Sería anecdótico si no fuesen el presidente y la vicepresidenta de todos los argentinos. Como sí lo son, la irresponsabilidad es enorme. La responsabilidad también. La crisis política y económica arrastra a una crisis social, de la que debe tomar nota el oficialismo, para cambiar el curso de acción antes de que sea demasiado tarde.
Es imperioso que el oficialismo nacional y provincial deje de pelearse y entonces sí, acuerde con la oposición por un objetivo en común para la sociedad. Es hora que gobiernen para lo que fueron elegidos y den soluciones a un pueblo que no puede esperar más, que ha tenido demasiada paciencia a una dirigencia política que parece estar desconectada de la realidad.
Juntos Chacabuco Bloque de Concejales.