-¿Qué reflexiones hacés a cuarenta y ocho horas de las PASO?
-En primer lugar está claro que hay un malestar grande de un tercio de la población, no solo con el Gobierno sino también con JxC, y esa desazón, ese enojo se vio cristalizado en el voto a Milei. Si se ve en una perspectiva más amplia, es algo que está ocurriendo en buena parte del mundo occidental, y genera un voto a ciertos fenómenos y manifestaciones que hace bastante tiempo parecía que habían quedado solapadas. Creo que lo que hay que entender es que hay muchas personas que viven en una incertidumbre, muchos de los trabajadores y trabajadoras hoy no tiene un ingreso fijo y se mantienen en la informalidad, y sienten que todos los días parten de menos diez. Eso además de incertidumbre genera un cierto grado de individualismo porque tienen que pelear solos, no de modo sindicalizado como ocurre con los trabajadores formales. Eso impacta de lleno en un Gobierno que asumió con un reloj que no estaba en cero sino en menos diez, o en menos cuarenta y cinco mil millones, tal vez el Gobierno no planteó la gravedad de la crisis y lo que implicaba la deuda que había tomado Macri.
-Escribiste 2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina, ¿creés que se puede pensar un paralelismo con ese contexto como están haciendo algunos analistas?
-En buena medida no, la agenda es muy distinta, diametralmente opuesta desde ciertos sectores. La sociedad hoy, en buena parte se siente representada, por eso fue a votar. Parte que se siente representada por Unión por la Patria, por Milei, por JxC, no hay movilizaciones tan masivas sino focalizadas. Está lejos de ser lo de 2001, sí está claro que el kirchnerismo irrumpió después de ese 2001, y hoy Milei viene a sacudir con esa idea de la sociedad con un sector de centro-izquierda y otro de centro-derecha.
-¿Advertís un agotamiento del ciclo político de ese kirchnerismo que irrumpió en 2001?
-Eso está claro, pero hay un deseo de ciertos sectores sociales de que el kirchnerismo o el peronismo no exista más. En realidad no es así, es un deseo mágico de querer borrar a un sector de la sociedad. Está claro que hay un gran sector que en su momento quedó por fuera de las políticas kirchneristas, monotributistas, trabajadores informales, que durante el kirchnerismo hubo un gran reparto para distintos sectores con ciertas políticas pero para sectores medios formalizados o sectores pobres. Milei le habla a ese sector que no tiene certezas.
Hay cierto agotamiento, pero no implica que el kirchnerismo o el peronismo se terminen. Muchos de los Intendentes del peronismo se revalidaron en estas elecciones.
-¿Cuál es el desafío que tiene Sergio Massa en su doble rol de ministro de economía y candidato a presidente?
-Creo que Massa tiene ciertas posibilidades, hay un escenario posible de balotaje. Juntos por el Cambio la tiene más complicada, Bullrich tiene riesgo de fuga de votos para Milei y de los votos de Larreta para Massa o en blanco. Pero Massa necesita lograr cierta estabilidad económica y marcar un sendero de hacia dónde puede ir la economía, tiene que asegurar la gobernabilidad y la paz social. Sin eso no hay posibilidad. Por otra parte debe unificar en los territorios el respaldo a su candidatura. Por un lado unificar los votos que fueron a Grabois, pero hubo muchos Intendentes a los que les sedujo repartir su boleta con la de Milei, y el gran desafío es unificar eso.
-Es una elección que exige mirar con ojos más sociológicos que políticos, ¿necesitan los candidatos recetarse o mirar al electorado con otro prisma?
-Está claro que hay que escuchar, comprender, entender, a ese sector de la población. Ahora se habla de una suma fija, y es necesaria. Pero es para los trabajadores formales, es un error del Gobierno. Se piensa en una sociedad absolutamente formalizada, cuando no lo es. Hay que pensar estrategias que no son tan fáciles de implementar. Otra de las claves es segmentar la campaña, hablarle a los sectores jóvenes, creo que en parte eso no se hizo.
-¿Qué papel ocupan en estas campañas las redes sociales?
-Obviamente que Milei es un candidato muy mediático, que creció mucho a través de las redes sociales. Le agradeció a Fantino por haberlo puesto en primera división, eso muestra que los medios tradicionales siguen teniendo mucha fuerza, que las redes sociales generan cierta burbuja, y la posibilidad de alimentar ciertas noticias. Pero es fundamental el cara a cara, eso quedó clarísimo en los territorios de la provincia, donde las buenas gestiones municipales se vieron ratificadas, y otras que llegaron desgastadas vieron en las urnas cómo caían derrotadas. Las vivencias de los ciudadanos siguen siendo fundamentales.