Cultivando en la pandemia
Hugo Daniel Barrionuevo tiene 65 años, está recién jubilado y durante la etapa de restricciones por la pandemia del Coronavirus buscó “una actividad para ocupar la cabeza y pasar la cuarentena”. Si bien durante casi toda su vida jamás le prestó atención a las plantas, de grande encontró en ellas una salida.
Por Andrés Colicchio.
“No diferenciaba un pasto de una planta”
La nueva pasión de Hugo comenzó en el jardín que su mujer tiene en el frente de su casa, una acogedora vivienda ubicada en el sector de quintas de nuestra ciudad. “Antes me dedicaba a la colocación de durlock, llegó la pandemia y me tuve que encerrar. No tenía nada que hacer, entonces empecé a reproducir las plantas que mi señora tenía como decoración. Armé primero un invernáculo de 4x4, cuando lo llené de macetas tuve que hacer otro de 10x4. Pero también me quedaron chicos; ahora tengo un invernáculo de 260 metros cuadrados y otro de 140. Durante toda mi vida no diferencié un pasto de una planta, mi mujer me retaba porque al cortar el pasto muchas veces le arruinaba el jardín. Ahora cuando ando caminando por las quintas y veo alguna especie silvestre me freno a observarlas, les encuentro otro valor y le doy una importancia diferente”, destacó Barrionuevo.
Más de 2.500 especies
El emprendimiento creció y en la actualidad, y tras más dos años Hugo detenta la increíble suma de más de 2.000 especies en sus invernáculos, entre suculentas, cactus, plantas de interior, de exterior y parque. “Hay plantas que la gente le pasa por al lado y ni sabe qué son, todas se pueden reproducir. Yo compro planta madre y de ahí saco los hijos, para hacer la variedad, la planta nueva. Trabajo a tiempo completo, me dedico exclusivamente a esto, abandoné por completo el oficio de colocador de durlock, mi mujer me ayuda mucho”.
“Mucho cuidado y cariño”
“A las plantas hay que tratarlas con cariño, los principales cuidados que requiere son primero un buen sustrato, un abono sin químicos. Lo que uso es todo natural, desechos de hojas, estiércol de animales, la resaca del otoño, todo se recicla y se aprovecha para nutrirlas. Los riegos se administran de acuerdo a la variedad, la falta o el exceso de agua pueden matar a la planta Algunas necesitan mucho drenaje y otras necesitan mucha humedad. Tengo un cuarto de quinta que lo uso para que los vecinos traigan caballos, de ahí saco el abono. Tenía una quinta completa pero vendí una parte en la época de De la Rúa. Acá hay mucha dedicación, para las pestes hacemos el remedio casero, a veces usamos jabón neutro, con agua, vinagre, todo natural. Colocamos un nylon especial que filtra los rayos UV y deja pasar la luz que necesita la planta para la fotosíntesis; por último un paño anti helada”, explicó Barrionuevo. Ahora se prepara para el próximo Día de la Madre: “En este tipo de fechas vienen a buscar muchas suculentas. Y de septiembre a noviembre se vuelve muy intenso el trabajo, los clientes no nos dan respiro y hay que estar bien preparados”, finalizó.