El Programa Jóvenes y Memoria está dirigido a escuelas, organizaciones sociales, políticas y culturales de la provincia de Buenos Aires y propone que equipos de trabajo elaboren un proyecto de investigación acerca de las memorias del pasado reciente o la vulneración de los derechos humanos en democracia. Luego, en noviembre, se realiza el encuentro plenario en la ciudad de Chapadmalal, allí “les jóvenes participan de una experiencia en la que se conocen y reconocen con otres, exponen sus trabajos, producen, debaten e intercambian ideas y proyectos”, explica Delfina De Nigris, Licenciada en Comunicación y docente.
Junto a un variado grupo de profesores, ex estudiantes y vecinos -Sofía Franze, Camila D’andrea, Ángela Zuccotti, Natalia Baldracchi, Mailen Ruiz, Lucia Vettese, Juliana Tilli, Lara Sosa, Tomas Barca, Germán Schettino, Sabrina Rodríguez, Juliana Zimermann, Yésica Salerno, Marcela Milione, entre otros- incentivan a los jóvenes de los últimos años de secundaria a participar de las diversas propuestas que allí se ofrecen. También crearon el “Espacio Jóvenes y Memoria” desde donde comparten las actividades que se realizan y se los puede encontrar en redes sociales.
Recientemente, el programa fue declarado de interés educativo provincial por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y de interés educativo nacional por el Ministerio de Educación de la Nación.
Este año rompieron el récord en inscripciones de proyectos y jóvenes con 40.000 inscriptos en toda la provincia. Por la ciudad de Chacabuco se anotaron 15 proyectos que cuentan con la participación de más de 200 estudiantes. Los ejes que se trabajan permiten, por su amplitud, abarcar múltiples temas: DESAPARECIDXs de la última dictadura, ESI, Malvinas, salud, feminismo, inclusión, medio ambiente, violencia institucional, arte, entre otros.
“Para llegar al encuentro final hay varias etapas previas: inscripción, capacitaciones virtuales y presenciales tanto para los coordinadores y profes como para l@s estudiantes y jóvenes participantes. Durante los avances, los proyectos son evaluados y en algunos casos hasta reformulados para poder continuar en el Programa”, señala De Nigris.
Otras actividades también se entrelazan con este programa, tal como la conmemoración con La noche de los lápices, un encuentro que fue organizado el 16 de septiembre en el Parque Recreativo.
“Creo que quienes participan de JYM no vuelven siendo los mismos. La empatía, la solidaridad, el compromiso, la vivencia los transforma. Muchos de ellos se arrepienten de no haber participado antes y no poder volver. Otros, quienes pueden hacerlo, vuelven e invitan a otros a hacerlo”, asegura la licenciada y docente, y agrega “tanto durante la investigación como en el encuentro de cierre los pibes pueden ir desarrollando diferentes habilidades comunicacionales, porque tienen que formular y realizar entrevistas o encuestas, después sistematizar lo recolectado y pensar/planificar una producción final que dé cuenta de todo lo realizado durante el año. Son muchos los aprendizajes que deja, tanto en valores como en conocimientos”.