“Estamos bajos en políticas para el celíaco”
Antonella Belforte es celíaca; de pequeña aprendió a convivir con la enfermedad. Su abuela y su madre se comprometieron fuertemente en generar las condiciones para que pudiera llevar adelante su alimentación con la menor cantidad de dificultades posibles.
Belforte es una trabajadora gastronómica especializada en productos para celíacos que tiene un negocio en Olavarría 14, donde ofrece una diversa gama de opciones confeccionadas con harinas inofensivas para los intolerantes al gluten.
“En el Día Internacional del Celíaco se busca concientizar y difundir acerca de lo que es la enfermedad y promover que los negocios ofrezcan productos para los celíacos”, señaló Belforte. “La diferencia cuando vas a un local de Capital Federal y te ofrecen menúes para celíacos es notoria. En nuestra ciudad prácticamente no existen o son difíciles de encontrar. Hay que tomar conciencia y se deben generar políticas que incluyan a los celíacos, para que podamos acceder con mayor facilidad a lo que necesitamos para nuestra alimentación”, afirmó.
“Poder ir a un restaurante”
Los locales gastronómicos de Chacabuco en su mayoría no presentan alternativas adecuadas, y cuando se asiste con amigos muchos celíacos deben llevarse su propia vianda para consumirla. “Es necesario que los locales cuenten con la debida capacitación en cuanto a la manipulación de los alimentos para que no se produzca una contaminación cruzada. Isolina es uno de los lugares a los que yo voy tranquila porque tienen opciones para nosotros y cocinan con los debidos resguardos”, destacó Belforte.
“Tarjetas versus bolsínes”
Presenté un proyecto para celíacos cuando era intendente Golía y se implementó una tarjeta para ir a los comercios y poder afrontar con ella los elevados costos de nuestra dieta. En la actualidad esa tarjeta se eliminó y el Municipio envía bolsínes con, por ejemplo, fécula de mandioca, y el celíaco capaz no sabe utilizarla para cocinar. Las recetas del celíaco son más complejas, porque en las harinas que usamos no tenemos el componente que tiene el trigo. Por eso la masa del celíaco es menos elástica, no dura tanto y se resquebraja más rápido. De esta manera, muchos celíacos terminan regalando la mitad de los productos de sus bolsínes porque no los saben cocinar”, finalizó.
Generar políticas para comercios
Por último, Belforte se expresó acerca de “la diferencia de cuando vas a un local de Capital Federal y te ofrecen menúes para celíacos, que en nuestra ciudad prácticamente no existen o son difíciles de encontrar. Hay que tomar conciencia y se deben generar políticas que incluyan a los celíacos, para que podamos acceder con mayor facilidad a lo que necesitamos para nuestra alimentación”, finalizó.