HISTORIAS

Tras las huellas de El Pampa Fígoli y La Bonita

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Si bien su nombre era Juan, en la zona de Chivilcoy y Coronel Mom se lo conocía como El Pampa Fígoli. Nacido en Italia, siendo muy niño llegó a la Argentina y se afincó con su familia en un establecimiento rural de lo que se conocía como la Frontera Oeste de la provincia de Buenos Aires. En uno de esos días de las últimas décadas del siglo 19, Juan, que tenía unos 5 años, fue capturado por uno de los últimos malones que merodeaban la región.
Cuenta el profesor Oscar Melli que en los años siguientes Juan Fígoli “vivió y creció entre indios, conoció los avatares de aquella vida ruda, asimiló su idioma y su astucia, y al lado de los bravos capitanejos aprendió el arte de domeñar y amaestrar potros”.
Entrado en la adolescencia, El Pampa ya era un indio más, y tenía entre sus tareas el entrenamiento de los caballos, para lo cual se alejaba un tanto de las tolderías, a las que regresaba al atardecer.
Hasta que un día no volvió. A partir de aquí comienza otra historia y cambia también la fuente de información, que pasa a ser Gabriela Beccaglia (foto), una productora y guionista de TV radicada en Buenos Aires que tiene fuertes evidencias para creer que El Pampa fue su bisabuelo.
En declaraciones realizadas al diario La Razón de Chivilcoy en mayo del año pasado, Gabriela contó que luego de varios intentos de escapar de los indios Pampa, Juan lo logró cuando tenía 16 o 17 años. Ya libre, llegó a Chivilcoy o Coronel Mom, que en ese entonces aún pertenecía al partido de Chacabuco.
No hay datos certeros que indiquen lo que fue Juan Fígoli. Algunas versiones lo señalan como una especie de caudillo, incluso se lo menciona como un miembro de las huestes que sobrevivieron a Juan Moreira. Otras lo definen, simplemente, como un malandra.
“Me inclino a pensar que fue esto último”, afirmó su bisnieta, que pudo recabar testimonios que indican que en alguna época El Pampa se dedicó al cuatrerismo, aunque no lo hacía “por plata”, sino que “quería demostrar lo inteligente y rápido que era”. De hecho, lo que robaba luego “lo devolvía”.
En sus andanzas por Mom, Fígoli conoció la pulpería La Bonita, que estaba situada a unos pocos kilómetros del pueblo, en el camino que conduce a Chacabuco. El nombre del boliche era una alusión a la esposa del dueño, una mujer de una belleza deslumbrante de la que El Pampa se enamoró perdidamente. La atracción fue mutua y nació así una relación oculta.
La Bonita, cuyo nombre era Virginia Burati, ya tenía ocho hijos de su esposo, y con Fígoli tuvo algunos más, a los cuales anotó con el apellido de su marido. El último de los críos recibió el nombre de Julio y fue el abuelo de Gabriela.
La leyenda de El Pampa no viene sólo de ese tema, que durante décadas se trató con cierto recato, sino también de sus correrías por estas llanuras. La que le dio más fama nació cuando en una ocasión se enfrentó a siete policías que lo perseguían. Mató a seis, y el que quedó vivo le juró venganza.
Según su bisnieta, en sus últimos meses Fígoli se la veía venir y decía que lo iban a matar de un tiro entre los ojos.
“Y así fue: lo encandilaron con una luz y le pusieron un tiro entre los ojos”, contó. Eso ocurrió en 1938, en una emboscada policial ocurrida frente a la confitería Rodríguez de Coronel Mom.
A partir de allí, la historia de El Pampa Fígoli se fue transmitiendo de boca en boca en boliches de campo y pulperías de la zona, entre ruedas de ginebra o al calor de los fogones. Hasta que hace unos años, y movida por lo que le había contado su padre, Gabriela Beccaglia decidió intentar desentrañar esta parte de su génesis familiar, para “rearmar ese pasado”. Así, pudo conocer detalles de lo sucedido con sus bisabuelos y hasta consiguió encontrar en el cementerio de Chivilcoy la tumba en la que descansan los restos de su bisabuela.
“Lo que busco ahora son dos cosas: la tumba de El Pampa, para ponerle una flor, y una foto de La Bonita. Me dicen que tengo los ojos iguales y quiero verme en ese espejo del pasado”, dijo Gabriela Beccaglia -o Fígoli- que, además, escribe una novela basada en la vida de sus bisabuelos. Su título será “El Pampa y La Bonita”.

Bisemanario Chacabuco.