jueves. 26.12.2024

El Museo y Archivo Histórico Municipal recordó en estos días que el 4 de octubre se cumplieron 175 años del nacimiento de Francisco José Bravo Cámara, a quien se considera uno de los primeros y más distinguidos maestros que tuvo Chacabuco.
El profesor Oscar Melli escribió en una de sus obras que, español de origen, Francisco Bravo vio la luz en 1848 “en los confines noroccidentales de Castilla la Vieja, entre ásperas serranías, sobre las riberas que fecunda el Ebro”. En su tierra natal cursó los estudios primarios y luego los de magisterio. Siendo aún muy joven llegó a la República Argentina y fijó domicilio en Buenos Aires.
A principios de 1875 se presentó en el Departamento de Escuelas de la provincia de Buenos Aires como aspirante al cargo de preceptor. El tribunal examinador que lo evaluó aconsejó aprobar su designación como “maestro interino de Chacabuco u otra escuela elemental pública”.
Así, el 28 de marzo de ese año, y ante la presencia del juez de Paz, Bravo tomó posesión del cargo de director de la Escuela Elemental de Varones Nº 1 de nuestro joven pueblo. Allí se desempeñó como maestro hasta que, cinco años después, y con la Revolución del ‘80 como telón de fondo, fue destituido de sus funciones por el Consejo Escolar, que cuestionó su actuación docente.
Lo ocurrido no melló su ánimo. Por el contrario, en los años siguientes se dedicó a la enseñanza privada y dirigió una escuela que contó con creciente adhesión de la vecindad.
Al margen de su labor educativa, durante esos tiempos Bravo fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, en la que se desempeñó como presidente entre 1882 y 1885. También tuvo un corto paso por la política militante, como miembro de la comisión local que apoyaba la candidatura a gobernador provincial del mitrista Eduardo Costa.
En 1887 fue rehabilitado como maestro en la educación pública y en los años siguientes trabajó en las escuelas 9, ubicada en el Cuartel I, y 5, del Cuartel VI. La jubilación le llegó en 1902, cuando era director de la escuela rural 6.
Bravo Cámara estaba casado con doña Gabriela Hubert. El matrimonio, que había contraído nupcias en 1878, tuvo seis hijas mujeres y cuatro varones, y residió durante décadas en una casa situada en Pueyrredón 128.
La muerte del maestro se produjo el 12 de marzo de 1934.
“Ha muerto don Francisco Bravo. Ha caído vencido por el propio peso de los años”, expresaba un sentido artículo del periódico Chacabuco, que más adelante, y en relación a su tarea docente, afirmaba: “Preceptor antiguo, sin los cánones de la enseñanza de la época moderna, formó en la escuela del deber y de la rectitud a muchos hijos de Chacabuco que luego descollaron en el trajín rudo de la vida”.
En el final, la nota fúnebre definía a Bravo como “una reliquia viviente de Chacabuco”.

 

BISEMANARIO CHACABUCO.

Al maestro con cariño