domingo. 22.12.2024

"Acordamos avanzar en la búsqueda consensuada y perfeccionar los mecanismos actuales para promover créditos hipotecarios accesibles y sostenibles", expresó la misiva por la cual se comprometieron a debatir un proyecto en el plazo "no mayor a 30 días".

El próximo mes de julio vence el decreto del Gobierno nacional que estableció un tope del 35% del ingreso familiar para el cobro de la cuota por parte de los bancos; el cual había sido impuesto como un mecanismo para frenar las cuotas producidas por la inflación.

Por ahora, existen solo borradores para enfrentar el conflicto que se arrastra desde el Gobierno de Juntos por el Cambio. 

“Más que una oportunidad, un negocio para los bancos”

En Chacabuco hay muchas familias que enfrentan esta situación. Lo cierto es que la angustia por no poder cumplir con los pagos, la incertidumbre por falta de respuestas estatales y de un marco legal concreto, les impide poner en palabras su situación. 

Una familia que sacó el crédito UVA en marzo de 2018, después de mucho diálogo, de “lucharla” para conseguir todos los papeles que solicitaban las entidades, se encontraron con que las cuotas eran “impagables”. 

Necesitaban refaccionar y ampliar la casa que habían pagado con otro crédito desde 2001. “Los chicos crecieron y necesitábamos sí o sí 2 habitaciones más un baño nuevo porque el de la casa estaba para dinamitar”, contaron a este medio hace algún tiempo. 

Pidieron $850.000 para un proyecto que agregaba a la casa 2 dormitorios, 1 baño, un pasillo de circulación, un mini toilette y un lavadero.

Obtuvieron el crédito a 16 años, pagando una cuota de aproximadamente $8.000. “Era un esfuerzo pero la necesidad era grande. Lo veníamos postergando, y aunque con dudas y reticencias, lo encaramos”, explicaron. Ya habían intentado con los Procrear pero porque se priorizaban los créditos para primera vivienda o construcción. 

Cuando empezaron a pagar la cuota completa, los ocho mil se habían transformado en más de diez mil. Un 20% arriba de lo calculado originalmente. Es que habían pedido el crédito con un dólar a $18, empezaron a comprar las cosas con un dólar a $36, y siguió en alza. De modo que el dinero otorgado por el banco, tampoco les alcanzó para terminar la obra de ampliación. 

Los arreglos extras de cualquier obra, los sortearon con unos pequeños ahorros e intentaron estar al día. Nunca se atrasaron con los intereses. 

Hay una gran red nacional de personas alcanzadas por esta problemática, grupos de Whatsapp, de Twitter, y Facebook. 

“Es como una bola de nieve que crece y crece. No sé cómo podríamos terminar de pagarlo”, dijeron. En su caso, creen que una salida es que el capital deje de indexar: “Sabemos que los intereses van a seguir corriendo pero si son intereses sobre el capital que pediste, la cosa se pone un poco más coherente. Y otra cosa sería salir del sistema UVA que es un completo fracaso. Nunca estuvo pensado para dar oportunidad a la gente, sino en un negocio redondo para los bancos públicos y privados”. 

Massa busca una solución