Un nuevo desalojo y otra promesa incumplida

Un desalojo estuvo programado para las 09:00 horas del día de hoy en la intersección de calles Dr. Casasco y Callao, donde está ubicada la quinta 673. Allí vivía la vecina Alicia Amado, junto a su pareja y dos niñas menores de edad, quienes se establecieron hace 7 años en una casa que levantaron con sus propias manos y sin ningún tipo de asistencia. 

La orden de desalojo fue solicitada por el propietario de la quinta, Juan Carlos Lozano, quien años atrás había cedido una manzana de 100X100 al Municipio, a cambio de que éste realizara tareas de limpieza y rellenado. Como las tareas se cumplieron solo parcialmente, el propietario recuperó la totalidad del predio, incluido terrenos que el Municipio ya había entregado. 

 

“Un pozo lleno de acacios negros”

Según cuenta Alicia Amado, “antes de que llegáramos nosotros esto era un basural, estaba muy bajo y en los alrededores prácticamente no había casas, esto no valía nada. En el 2015, cuando era intendente Mauricio Barrientos, se entregó la manzana dividida en lotes a trabajadores de cooperativas; yo trabajaba en pintura y fui adjudicada en un lote”, señala Amado, mostrando un plano con el membrete municipal y la firma de Barrientos, en el que figuran los nombres de cada cooperativista adjudicatario. “El problema es que el terreno incluía el plan de viviendas, pero en diciembre de ese año cambiamos de intendente y los planes no se hicieron más. Todas las familias se quedaron esperando que le construyeran, nosotros no teníamos cómo pagar el alquiler, por eso en la parte de atrás de nuestro terreno edificamos rápido y nos vinimos a vivir”, explicó.

 

La zona se vuelve residencial y el propietario reclama

Con el transcurso del tiempo, la zona emplazada entre Juan XXIII, Casasco y Callao, se pobló con una importantísima infraestructura, por lo que se levantó el terreno, se llevaron servicios y el precio de las quintas de las inmediaciones se revalorizó considerablemente. Mientras tanto, Lozano había enviado una carta al Municipio reclamando por la falta de cumplimiento de lo acordado y pedía la devolución de sus tierras. El hecho no alcanzó a judicializarse durante la gestión peronista, pero los reclamos continuaron durante la gestión del actual intendente, Víctor Aiola. “Parece que nosotros no combinamos con este barrio, porque somos de otra clase social, y ahora nos tenemos que ir. Mis derechos y los de mi familia fueron vulnerados, por ser humildes tuvimos que romper una hermosa casa que nos costó mucho construir”, se lamentó Amado. 

 

“El Intendente me prometió una casa y no cumplió”

El Ejecutivo municipal, encabezado por Aiola, decide devolverle la quinta a Lozano, y le cede a todos los cooperativistas que perdieron sus terrenos, lotes ubicados en inmediaciones de la intersección de calles Linch y Scalabrini Ortíz. Nos dieron terrenos muy alejados, prácticamente nos mandaron a Cucha, ironizó el marido de Alicia Amado, "además tenemos el terreno pero no nos ayudan a construir la vivienda. Yo ahora tuve que romper mi casa para llevarme aberturas, chapas, y los ladrillos que pueda rescatar, pero no tengo plata para edificar”, planteó. Mientras que Amado agregó que “cuando empezó este conflicto judicial en 2017, el Intendente se reunió con nosotros y nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que el plan de vivienda ya estaba y que íbamos a ser los primeros en la lista en salir beneficiados con un plan de vivienda, pero nunca cumplió su palabra, todavía estamos esperando, siempre esperan a último momento para actuar, se lo dije a Laura Marchesse”, se lamentó. Yo confié y el Intendente no cumplió, pensé que su palabra valía”, remató. 

 

A dormir a un hotel 

La acuciante situación económica que atraviesa la familia no le permite pagar depósitos y meses adelantados de alquiler, por lo que a un día de ser desalojados, no tenían a dónde ir y se mantenían en una pieza y un baño que quedó sin demoler, calentándose con brasas. Según Amado, a las dos de la mañana de ayer, la secretaria de Desarrollo Social, Laura Marchesse, se presentó para comunicarles que se les había conseguido dos noches en un hotel de la ciudad, y que luego podrían ir a una casa alquilada por la Municipalidad donde tendrían un plazo de un mes, durante el transcurso del cual deberían construirse algo en su nuevo terreno. “Mañana jueves a las 7 de la mañana tenemos que abandonar el hotel y nos vamos supuestamente a una casa alquilada, por un mes a vivir con los nervios de saber si nos van a cumplir con ayudarnos a edificar en tan solo 30 días lo básico como para meternos”, finalizó la mujer.