La opinión sobre los cuerpos
Analizando los múltiples hechos que sucedieron en las últimas semanas -que van desde personalidades nacionales como Silvina Luna o Florencia Kirchner, hasta internacionales como Ariana Grande- en Radio Ultra 98.9 decidimos conversar sobre el concepto del “body shaming” y por qué no debemos hablar del cuerpo de los demás.
Se le denomina “body shaming” a aquellos comentarios que se realizan sobre los cuerpos de las personas -mayormente dirigido a las mujeres-. Si bien no siempre pueden tener una carga negativa para quien lo expresa, los comentarios sobre los cuerpos pueden repercutir en quien lo recibe y afectar a su salud física y mental.
Estas últimas semanas, muchas personas “famosas” desde los medios nacionales hasta los internacionales, se hicieron eco sobre diversas situaciones de body shaming sobre las cuales conversamos hoy en “Arrancamos Tarde”, el programa de Radio Ultra 98.9.
Bella, delgada y joven como sinónimo de salud
Silvina Luna, conocida modelo, subió una foto suya a sus redes sociales que explotaron en comentarios opinando sobre su imagen. Ella decidió salir a dar una respuesta debido a que muchas jóvenes podrían ver esos comentarios tan hirientes que, finalmente, buscan aleccionar a los cuerpos hacia estereotipos hegemónicos de belleza y delgadez. “Me pasó la vida, tengo 40 años, está soy yo sin filtros, sin botox ni colágeno” explicó, mientras se encuentra en la lista de espera para un trasplante de hígado por un tratamiento estético recetado por Aníbal Lotocki.
También fue el caso de la cantante Ariana Grande quien, harta de las especulaciones de los medios sobre su salud y su delgadez, respondió con un video donde explicaba que “hay muchas maneras diferentes de lucir saludable y hermosa, para mí, el cuerpo con el que están comparando mi cuerpo actual era la versión menos saludable” ya que se encontraba bajo un tratamiento con antidepresivos y consumía regularmente alcohol.
Otra situación fue la que vivió Florencia Kirchner, hija de la ex Presidenta de la Nación, quien decidió iniciar acciones legales por los dichos de las periodistas Laura Di Marco y Viviana Canosa, quienes decidieron diagnosticarla con una enfermedad por su físico e imágenes en redes sociales. Kirchner respondió "en democracia no todo está permitido y hay umbrales que no podemos tolerar se sigan cruzando".
Podríamos recopilar situaciones de este tipo todo el día donde se pone el foco en los cuerpos y la opinión pública, la gordofobia en un país que recién ahora avanza en leyes de talles y etiquetado frontal en alimentos engañosos que se comercializaban bajo una etiqueta de “light” pero estaban repletos de azúcares y grasas perjudiciales para la salud.
Los mensajes y la responsabilidad
Además de tener que tolerar los comentarios sobre sus cuerpos, recae sobre la mujer la responsabilidad de dar explicaciones y dar batalla al mensaje que se instala para que no sea perjudicial para otras mujeres.
En su video, Silvina Luna expresa “Yo por ahí estoy más curtida, pero hay muchas chicas adolescentes a las que un mensaje tan dañino las puede matar. [...] Buscando mi valía en lo exterior, tomé una decisión y hoy me hago cargo de las consecuencias. Me encantaría regalarles que puedan mirarse interiormente y darse cuenta de que esa valía no está en si tenés la cara más redonda o si estás más gorda o más flaca. No se opina de los cuerpos”.
El body shaming afecta mucho más en adolescentes que están en proceso de construcción de su personalidad, la idea de un cuerpo hegemónico como la regla y deber ser, y el camino para llegar a tenerlo, no mide consecuencias.
Estos mensajes, tanto los emitidos sobre los cuerpos como sus respuestas y batallas, repercuten directamente en toda la sociedad. Según estudios internacionales de Mervat Nasser, Argentina es el segundo país, después de Japón, con más casos de trastornos en la conducta alimentaria (TCA). La anorexia afecta a un estimado de 1 de cada 100 mujeres. La Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), realizó una investigación que demostró que entre un 10 y un 15% de la población argentina tiene algún trastorno alimentario.
A las imágenes y discursos sociales alrededor de los estereotipos que existieron históricamente y que se van reforzando en el tiempo, con las redes sociales y el uso de filtros en las cámaras, las enfermedades se reinventan y los trastornos de distorsión de la imagen se reproducen bajo nuevos formatos.
La responsabilidad sobre estos comentarios recae en todos, no en quienes los reciben. El anonimato que recubren las redes sociales da rienda suelta a múltiples formas de la maldad aleccionadora de cuerpos que se deben combatir en el día a día, en todos los ámbitos.