Peligro en la Planta de Reciclado
La aparición de una importante cantidad de pilas desparramadas en el suelo de la Planta de Reciclado de Residuos Sólidos y Urbanos municipal, y la existencia de una celda abierta y sin candado repleta de bidones utilizados de agrotóxicos, suma una nueva preocupación sobre el tratamiento que el Municipio le da a los desechos peligrosos.
Por Andrés Colicchio
La compleja situación que atraviesa Chacabuco en materia de medio ambiente continúa sumando cada semana nuevos y oscuros capítulos. Desde la gestión municipal no parecen acertar en políticas públicas con las cuales responder a cada problemática.
El procedimiento del sector de Bromatología, que derivó en el entierro de botellas plásticas con aceite vencido del Supermercado 2000, y debieron ser inmediatamente retiradas tras la repercusión que tuvo en los medios una maniobra peligrosamente contaminante, pareció marcar el pico más crítico y encendió la alarma en un área a la cual no parecen encontrarle la vuelta.
Cuatro días después, la imagen de pilas desparramadas por el suelo y la tierra y bidones de agrotóxicos al alcance de la mano agregan un nuevo escándalo y agitaron las dudas sobre el tratamiento que el Municipio le da a los desechos peligrosos.
Reacción tardía
Una constante que se observa en lo relativo a medio ambiente son las respuestas a destiempo, con políticas que parecen ir por detrás intentando emparchar con soluciones apresuradas problemas que datan de largo tiempo. Un canal de sangre con efluentes provenientes de un frigorífico de cerdos corría a cielo abierto por la zona industrial del acceso Elguea Román. Aunque la situación se repitió por largo tiempo, tuvo que circular un artículo periodístico de Cuatro Palabras mostrando imágenes sensibles para que al día siguiente Policía Ambiental de Junín realizara intimaciones contra ese establecimiento industrial.
Exactamente lo mismo sucedió con el desbordado basural de Rawson, que necesita de medidas urgentes para evitar que se siga “comiendo las calles que lo circundan”, situación que también fue
expuesta a la opinión pública a partir de un informe audiovisual de Cuatro Palabras. Al día siguiente, se habló tímidamente de “comenzar a planificar medidas para revertir el problema'', pero se negó que
“se haya licitado alguna tarea de saneamiento”. La ordenanza para regular la aplicación de agrotóxicos sigue esperando su reglamentación, mientras tanto los productores de las zonas de quintas siguen desorientados de cómo utilizarlos y “vuelan” denuncias por fumigaciones ilegales.
Ponete las pilas
Cuatro Palabras publicó hace tres semanas una imagen en una cava donde aparecieron más de un centenar de pilas desechadas en la tierra. La foto abrió el interrogante de “a dónde van las pilas que
clasificamos y depositamos en los lugares que las reciben para ser retiradas por el Municipio. Una pila común gastada y arrojada al suelo, contamina 3.000 litros de agua. Las mismas deben seguir un riguroso procedimiento de destilación donde se separan los casquetes metálicos del mercurio. Ambos se recuperan y venden. La fase principal de este proceso es la trituración para separar y recuperar los diferentes materiales: metales férricos y no férricos, papel, plástico y polvo de acumulador.
A puertas abiertas
Ayer visitamos el Basural Municipal a cielo abierto, donde también se encuentra la Planta de Reciclado. El portón del lugar permanece abierto, para que pueda accederse al Basural. Dentro del perímetro alambrado de la Planta, pudimos fotografiar una gran cantidad de pilas esparcidas por el lugar, algunas directamente sobre tierra o en charcos de agua estancada.
Agrotóxicos al alcance de la mano
Completando un cuadro de abandono, donde una columna de luz interna derrumbada sobre el techo de una sala aledaña al galpón de reciclado, con gruesos cableados activos que cuelgan peligrosamente a la altura de una persona, pudimos descubrir en uno de los laterales una escena que nuestro medio ya captó en 2020, en la que aparecen varias celdas destinadas al acopio de bidones vacíos de agrotóxicos sin las precauciones de cierre debido en las puertas. En aquella ocasión se había observado que personas que asistían diariamente al Basural, se llevaban bidones sin sospechar el peligro. En el día de ayer, los recipientes, se encontraban en cuatro celdas, una de ellas estaba repleta de bidones y con sus puertas abiertas. La norma señala que dichos recipientes deben estar guardados bajo llave para evitar que los manipulen personas que no cuentan con la debida información sobre su peligrosidad.