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Lo que pueden las mujeres

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Miles de mujeres tejiendo un entramado social. Las hay poderosas, fuertes, vulnerables, organizadas, trabajadoras, solidarias, generosas. Cuatro Palabras hace una selección antojadiza y charla con cinco mujeres potentes que desde distintos ámbitos dan cuenta de lo que los feminismos vinieron a transformar. La primera presidenta del Concejo Deliberante, una abogada feminista al frente de una organización contra las violencias, una maestra rural y reconocida directora de teatro, una médica generalista que trabaja en la Consejería de Salud Sexual y Reproductiva del Hospital; y una luchadora al frente de un merendero, que supo tejer una red de contención que llega a distintos puntos estratégicos de la ciudad. Ellas, mueven al mundo. 

 

“Podemos construir espacios de intercambio y lucha”

En el año 1989 el peronismo local buscaba “una representante femenina”. Salían todos a la calle a militar, recorrían la ciudad en el barquito, bajaban en los barrios, y a la noche salían a pegar afiches. Militancia de sol a sol. Así es como Cecilia Bertella fue electa concejal y la primera mujer en ocupar la presidencia del cuerpo legislativo. 

“Mi experiencia en el Concejo Deliberante fue muy enriquecedora”, asegura a este medio. Ingresó como miembro de una agrupación de la Unidad Básica Justicia Social, que ya tenía en el Bloque de Concejales Justicialistas un representante, Jorge Carnaghi, su cuñado. “Nos sumamos así a la presentación y defensa de proyectos y también al trabajo en las comisiones. En todos los ámbitos siempre me sentí respetada, y si hubo diferencias, tenían que ver con cuestiones políticas, y no por mi condición de mujer”, cuenta. La posibilidad de llegar a la Presidencia del cuerpo significó acceder a mas aprendizajes e interrelaciones, “siempre con la misma sensación de respeto mutuo”, dice aunque aclara que en ese momento eran muy pocas las concejales mujeres, con quienes sí tuvo un vínculo afectuoso más allá de las diferencias políticas. 

Con la irrupción de la participación de las mujeres en diversos ámbitos de la sociedad y la “aglutinante” bandera Ni una menos, Bertella considera que las mujeres “hemos dado una vez más una lección: es posible construir espacios de intercambio y lucha haciendo hincapié en los que nos une. Y el resultado ha sido extraordinario”. “Las efemérides, si se transforman en meros recordatorios y no se proyectan sobre el presente, no tienen sentido. Es muy importante que esta fecha sea un llamado de atención sobre toda la problemática de las mujeres, y también un incentivo para seguir participando activamente hasta poder resolverla”, insiste. 

Por estos días evoca a las mujeres que han sido importantes para su vida: “las mujeres de la familia, que influyen tanto con sus propios dones en la formación de todos los seres humanos; las grandes luchadoras de nuestra historia, muchas de ellas aún desconocidas hasta por el sistema educativo; y las grandes luchadoras de todos los días: las amas de casa, las estudiantes, las mujeres “hacedoras” que participan en tantas actividades, las militantes y sobre todo, las mujeres trabajadoras”. 

 

“Paramos al mundo para mostrar lo que sostenemos a diario”

Sabina Meza es abogada y docente de secundario y superior. Es madre, abuela y vicepresidenta de la ONG Manitos en el Bolsillo, con sede en Junín y Chacabuco, de la que participa hace siete años. 

Para Meza el 8 de marzo implica enfrentarse a sentimientos encontrados, aunque “obviamente es un día de visibilización, un día en que paramos el mundo para mostrar lo que son las tareas de cuidado que sostenemos a diario, que es trabajo no remunerado, pero también para hacer visibles las políticas públicas existentes, las que faltan, la ausencia de los organismos del Estado, la falta de perspectiva de género en la Justicia y la administración en general”. 

De todas formas, insiste en que es necesario “todos los días salir a discutir, a formarse, a pelear, a exigir derechos que deberíamos tener sin que pedir todos los días por favor”. 

Meza es optimista respecto de la ampliación de derechos del 2015 a la fecha. “Hemos podido lograr que muchos cuiden sus palabras, que hablen de otra manera. Que empiecen a darnos los espacios. Hemos discutido sobre el techo de cristal, y tenemos políticas públicas, que todavía falta que lleguen al territorio pero están”, dice. De todas formas, insiste, “aún nos falta un camino larguísimo por recorrer”.  “Siento que las de 30 para arriba, somos las que vamos a luchar para dejar el camino allanado a nuestras nietas, y las adolescentes van a ser las que van a terminar de empujar esas políticas públicas”, agrega.  

 

“La mujer es lo más hermoso que Dios ha creado”

Mirta Spataro fue maestra rural, directora de escuela y durante toda su vida dio clases de teatro. Hace más de cuarenta y cuatro años también es directora pero hace de todo: reforma la obra, hace la adaptación, escenografía, vestuario, busca la música, hace la publicidad. “Siempre traté de hacer todo yo para que los demás sólo actúen”, dice en diálogo con este medio.

La vocación del teatro, nació en la escuela rural N 40 donde daba clases, a veinticinco kilómetros de Chacabuco, por camino de tierra. En esa época, se notaba, ya le gustaba el arte de representar. Sus alumnas de sexto, escribían los textos de comedias, de diálogos, y los representaban en la fiesta de fin de año. Además hacían danzas: tarantela, folklore, entre otros. Esa fiesta -recuerda Mirta- era el carnaval del pueblo. Hacían más de treinta números. 

Ahora, cuenta, hace dos tipos de teatro. Uno de calidad y otro a modo de ayuda social. “Busco que la gente mayor, que a veces los mandan los médicos porque les hace muy bien, tengan una oportunidad”. 

Para la reconocida vecina la mujeres “es lo más hermoso que Dios ha creado, porque es madre, es amante, es a veces abuela, y las abuelas trabajan tanto. Somos productoras. Hay infinidad de actividades que hacemos”. 

 

“Es un día para visibilizar nuestros derechos”

Natalin Balbo tiene 36 años, es médica generalista, mamá de Cata y Fermín. Trabaja en el Hospital de Chacabuco, en el Centro Integrador Comunitario Alcira de la peña, hace guardias en el Servicio de Emergencias y forma parte de la Consejería de Salud Sexual y Reproductiva del Hospital.

Para ella, el 8 de marzo es un día de lucha, “para visibilizar los derechos de la mujer, reconocimiento, igualdad de género, la posibilidad de poder elegir un trabajo digno, un salario digno, la maternidad, y planificación familiar, elegir tener hijos o no, tener acceso a políticas de salud, vivir la maternidad libremente, un día de unión de todas las mujeres para seguir empoderandonos”. 

Balbo confía en la transformación que empujó el movimiento de mujeres en los últimos años. Se trata, dice, de “una evolución positiva en cuanto a nuestro lugar en la sociedad, a nivel cultural, laboral, social, económico”. Y si bien cree que falta mucho para lograr un acceso pleno a los derechos, “hay que seguir en la lucha porque logramos que en la salud pública hoy en día el 80% de los puestos médicos son ocupados por mujeres”.

 

“El reconocimiento debe ser todos los días”

La vecina Yisela Molina es una de las personas que le ha puesto el cuerpo a la necesidad de otros. Es una dirigente social aún no reconocida, que con sus manos, su tiempo y su organización garantiza un plato de comida a más de doscientas personas que se acercan a su domicilio. Con la ayuda de unos pocos supo tejer una red de contención que llega a distintos puntos estratégicos de la ciudad y que permite cubrir esa demanda alimentaria algunos días de la semana. 

Siempre le gustó el arte, la música, el teatro, el baile, la mímica, el canto. Pero se destaca en lo social. “Tengo la capacidad de trabajar con jóvenes y me desenvuelvo muy bien, los chicos se me pegan, me tienen confianza, es algo importante para mí”, dice. 

Le gusta ayudar y lo hace desde que tiene memoria. “Aún no tenía un merendero, pero siempre compartía la merienda con los pibes del barrio, y nosotros éramos muy pobres”, cuenta. 

“El día de la mujer es todos los días, no hay uno”, dice. Piensa en voz alta. “La que lucha todos los días, la que se levanta a la mañana y la que se acuesta muy tarde pensando qué va a hacer de su día, las que estudian por ser más, las que son mamás y están pendientes de sus hijos y de otros hijos, merecen que se las reconozca todos los días”, dice. Pero, el 8 de marzo es símbolo de lealtad y de perseverancia: “las mujeres no somos conformistas, siempre estamos para los demás”. 

Considera que hoy las mujeres están “de igual a igual” y se siente representada por dos de ellas: Mercedes Sosa y su prima Mónica. “Mercedes por su voz, su canto, siempre me sentí muy atraída por ella, por su forma de decir; y Mónica es una hermana para mí, es todo lo que una mujer puede querer ser, se ha animado a miles de cosas en la vida”.