Las devaluaciones no son inocentes; siempre vienen a dar vuelta la relación que existe entre los sueldos y los precios de las mercaderías y los servicios. Por lo general, los primeros quedan por debajo de la suba del costo de vida. Es lo que parece asomar por estos días previos a las primeras negociaciones paritarias que tendrán lugar desde que asumió el gobierno macrista-radical. La verdadera dimensión de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios se va ver con claridad -entre otras cosas - cuando se defi - nan los aumentos tarifarios que todavía están en pleno desarrollo. Se sabe que las “adecuaciones” no se aplicarán solamente al servicio eléctrico. Ya anda el ministro de Energía, Juan José Aranguren, aclarando que en el Gobierno analizan aplicar a la tarifa del gas un incremento similar al efectuado en el caso de la electricidad. Mientras tanto, el gobierno aspira a que las paritarias se cierren alrededor del 25%. Dicen que ese es el aumento del costo de vida que está previsto para este año. Dicen, porque no hay mediciones ni estadísticas comprobables. Recordemos que al INDEC lo hicieron “entrar a boxes” para repararlo –o algo así- y, por varios meses, vamos a tener que quedarnos con lo que “dicen”.
Atajar dos penales juntos
El tema de cómo se va a recuperar el valor adquisitivo de los salarios no es el único problema que enfrentan los dirigentes sindicales, sobre todo los ligados a los gremios estatales. Los despidos masivos de trabajadores de la órbita pública ponen a prueba sus refl ejos. Son dos penales juntos: los despidos y el deterioro salarial. Ayer mismo, el secretario de Prensa de la Asociación Bancaria, Eduardo Berrozpe, anunciaba una serie de medidas de fuerza a nivel nacional por las cuarenta y siete cesantías producidas la semana pasada en el Banco Central y las seis registradas en el Banco Provincia. El sindicalista advirtió además que en la discusión paritaria, que comenzará en marzo, no aceptará un incremento salarial del 25 por ciento. "No hacemos números, pero los números que está diciendo el Gobierno no alcanzan para nada", denunció. También rompió el silencio Hugo Moyano. El titular de la CGT Azopardo consideró que "se cometen injusticias" en los despidos masivos de trabajadores públicos, aunque redujo el problema a un confl icto sectorial y solicitó a los gremios afectados que sean ellos los encargados de reaccionar. De cara a las paritarias, el camionero sostuvo que los pronósticos del ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, sobre una infl ación anual de entre el 20 y 25 por ciento, le hace "acordar al INDEC del Gobierno anterior". Y agregó que las medidas de incremento del precio de la luz “no son nada simpáticas".
Los que atajan primero
Los que siempre inauguran el año de discusiones salariales son los gremios docentes. En el caso de Buenos Aires pretenden alcanzar un aumento salarial superior al 40%. Gustavo Salcedo, secretario Gremial de Udocba, dijo que pretenden cobrar un piso de $12.000. "Es posible, la provincia tiene fondos y creemos que los docentes se merecen un resarcimiento histó- rico", afi rmó. La presidenta de la Federación de Educadores Bonaerense (FEB), Mirta Petrocini, salió a advertir que su sindicato reclamará un 42,9%. Su par de Suteba, Roberto Baradel, también habló de un piso del 40%. Por parte del gobierno macrista-radical bonaerense, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, intentó bajar las expectativas. Dijo que la recuperación del salario estará prevista, paulatinamente, para los próximos “cuatro años”. Ya vemos: con los guantes bien calzados y la vista atenta, los sindicalistas tratarán de atajar dos penales juntos. Los que patean lo van a hacer con toda la potencia, porque tienen claro que juegan para otro equipo.
Con la misma camiseta
"A Macri no le caen simpáticos los trabajadores" acaba de expresar Hugo Moyano y capaz tiene razón. Al líder marcrista-radical le caen bien otros actores del quehacer nacional. Recientemente, el jefe de Gabinete del Gobierno Nacional, Marcos Peña, recibió a los máximos dirigentes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) para “analizar la situación del país y trabajar en la búsqueda de consensos que signifi quen mejoras en los índices de la economía nacional”. Por AEA asistieron el presidente Jaime Campos, los vicepresidentes Luis Pagani (Arcor),Paolo Rocca (Techint),Héctor Magnetto (Grupo Clarín), Carlos Miguens (Grupo Miguens), Aldo Roggio (Grupo Roggio), José Cartellone(Construcciones Civiles) y Cristiano Rattazzi (FIAT Argentina); el secretario Miguel Acevedo (Aceiteera General Deheza), el tesorero Alberto Grimoldi(Grimoldi) y los vocales Gustavo Grobocopatel (Los Grobo Agropecuaria), Federico Braun(La Anónima) y Enrique Cristofani (Santander Río). En un documento fechado el 15 de diciembre pasado, los ilustres visitantes, expresaron: “es natural que desde AEA tengamos expectativas muy positivas respecto del Gobierno que preside el Ing. Mauricio Macri. Sabemos que es un gobierno que valora el rol empresario”. A confesión de partes...
Nada nuevo bajo este sol
“La vida está hecha de ciclos”, sostenían algunas culturas precolombinas que habitaron este continente. Y será así, porque parece que este momento -que se presenta duro para los trabajadores, en que los refl ejos de los dirigentes y el temple de los laburantes están a prueba- ya lo hemos vivido. Recordemos algunas frases de un sindicalista de otra época y veremos que suenan muy actuales: “No se trata aquí de dar un pronunciamiento de oposición al gobierno, sino de denunciar las medidas reaccionarias que impone la política hegemonizadora de la derecha y convocar a la movilización popular”. “La única división que nosotros hacemos es entre los que luchan y los que se entregan. No propiciamos el fraccionamiento institucional del movimiento obrero. Lo que sí defendemos es una conducción unida y combativa”. “Siempre es necesario encontrar las coincidencias para la acción y para la lucha en base a la unidad. Con ello lograremos los triunfos que anhelamos. Como lo enseña la historia del movimiento obrero”. Hay decenas de estos conceptos -que vienen de otros tiempos- y que pueden ayudar en el momento actual. Los hay de cientos de dirigentes sindicales, sociales y políticos. Los citados aquí le corresponden a un trabajador nacido en Coronel Moldes, provincia de Córdoba, el 22 de mayo de 1930. Murió el 4 de noviembre de 1975, en la clandestinidad, atacado por una enfermedad infecciosa, sin poder recibir la asistencia médica necesaria. Fue un protagonista central del sindicalismo de las décadas de los 50, 60 y 70. También fue uno de los dirigentes que estuvo en la primera línea del “Cordobazo”. Se llamó Agustín Tosco. Le decían “El gringo” y no permitía que a los laburantes les hagan gole