TRABAJAR POR UNA SONRISA

“Lo que hago es repartir felicidad”

DAMICO

A Brian “Pochi” Damico lo podés distinguir de lejos, con una amplia sonrisa y largas rastas. Desde la esquina, esperando que el semáforo se ponga en rojo en el centro de Chacabuco, o hasta en los escenarios o eventos (para grandes, adolescentes y chicos). Y a su alrededor, en órbita, siempre se mueve como un baile rítmico algo distinto. Un día con pelotas, otro con clavas; cualquier objeto se vuelve apto para malabares. Juega con fuego, con monociclos, se disfraza de payaso, de dinosaurio y de robot luminoso. “Lo que hago es repartir felicidad”, afirma cuando tiene que definir su trabajo y hoy nos cuenta de qué se trata. 

Se autodefine como artista callejero, le gusta viajar y aprender siempre algo nuevo, “en noviembre, el 18, se cumplen siete años desde que arranqué con los malabares”, recuerda con exactitud. 

¿Y cómo empieza uno a hacer malabares?, ¿cuándo decidís pintarte de payaso y presentarte ante el público más difícil y honesto, que son los chicos?. Bueno, para “Pochi” eso estaba presente desde muy chico. “Mi mamá siempre me decía ‘vos vas a ser payaso’ y a mí siempre me gustaron los niños. Cuando arranqué a hacer malabares se me abrió mucho la cabeza, junto con viajar”.

 

“Brindar alegría cuesta un montonazo y es lo que amo hacer”

 

Damico se convierte todo el tiempo en distintos personajes, es contratado en eventos para realizar malabares, magia, globología y burbujas gigantes. Pasa de ser un robot LED a un dinosaurio inflable, spiderman o payaso. Ese perfil multifacético es su meta de vida explica, “siempre intenté aprender todo lo que más podía para tener mi función propia, siempre quise saber hacer muchas cosas”. 

Y así lo hizo, en estas vacaciones de invierno estará realizando funciones en diferentes CIC’s, “lo lindo de este trabajo es que te permite improvisar en el momento, a mí no me gusta lo monótono, por eso siempre trato de traer cosas nuevas. Si algo me llama la atención veo cómo hacer para que llegue a Chacabuco”, expresa. 

Su trabajo es todo, “me permitió llegar a muchos lugares y personas, uno brinda alegría y eso hoy en día cuesta un montonazo. Es lo que amo hacer”, celebra.

Finalmente, “Pochi” me pide un favor antes de cerrar la nota, “le quiero agradecer a todas las personas de Chacabuco, son una masa, y principalmente a los niños que hacen esto posible. Es increíble ver cómo reaccionan, hacia mí y mis personajes. Te abrazan, te saludan, son inocentes, pura luz. No tienen problemas y solo disfrutan, eso hace que uno sea feliz con este trabajo”.