Diego Molinari reclama -desde el comienzo de esta gestión- una solución integral al estado de abandono del basural y a las quemas que provienen de allí, que afectan la calidad del aire de la comunidad. El Pedido de Acceso a la Información Pública, presentado oportunamente, contó con más de doscientas firmas de vecinos que acompañaron el reclamo. A los 30 días llegó la respuesta oficial, correspondiente según ley, pero no dejó conforme a los vecinos.
En los últimos días, realizaron un análisis punto por punto de las respuestas al pedido de informes y aseguraron que -en muchos casos- los planteos “fueron evadidos”, e indicaron que volverán a pedir un nuevo informe “para ver el Plan PGIRSU y el PBP”.
Entre otras cosas, aclaran que es falso que no se dispongan residuos patógenos o peligrosos. “Se recorre a diario el basural y se pueden observar envases de herbicidas y matayuyos clasificados como peligrosos”. Además, aseguran que no se responde si se realizaron estudios hidrológicos y perforaciones correspondientes para conocer si existen acuíferos subterráneos”. En cuanto a la distancia entre el basural y la primera casa, existe una distancia de sólo 245 metros, cuando el Municipio afirma que “no hay centros urbanos cerca”. Además, aseguran que no se mencionan los detalles de cuál es el volumen de basura que se recicla mensualmente, y no se responde si se ha pedido un estudio de impacto ambiental del Proyecto de Relleno Sanitario.
Luego de la publicación realizada en la red social Facebook, llegaron rápidamente mensajes de perfiles truchos que atacan directamente a la figura de Molinari y de los vecinos que reclaman respuestas. Lo acusan de tener “una obsesión con el basural y con el funcionario” o de “buscar un puesto en el Gobierno”. Quienes firman el documento debieron justificar que se trata de un derecho, y de la necesidad de que se garantice el acceso a la salud de la población.